martes, abril 15, 2014

Crítica

 

Un menú bien contrastado

11.04.2014
Por Federico Monjeau

Dirigido por Arturo Diemecke, el cuarto concierto del abono de la Filarmónica presentó un menú en dos pasos fuertemente contrastado: en la primera parte, el casi religioso Concierto para piano N° 1 de Brahms, por el solista Horacio Lavandera; en la segunda, el humorístico y algo rimbombante poema sinfónico Vida de héroe de Richard Strauss.

El concierto, previsto originalmente para el jueves, debió realizarse un día antes por causa el paro. Es posible que haya faltado algún ensayo. La introducción de Brahms sonó desprolija, de afinación errática. Cuando entró el solista, el balance dinámico no fue el más adecuado. Es cierto que en este último punto el problema es compartido: al sonido de Lavandera el Concierto en re menor de Brahms parece quedarle un poco grande. En términos de ejecución eso no significa un mero problema de volumen, sino de intensidad y graduación expresiva. 
Tampoco los fortes de la orquesta lo ayudaron. El solista consiguió momentos de gran belleza precisamente en el Adagio, cuando la relación solista-orquesta se desarrolla de manera más aireada. Fuera de esos contados momentos, la obra transcurrió en una medianía, y tal vez Lavandera lo haya percibido antes que nadie: curiosamente, no dio bises.........

Ver texto completo:  http://www.clarin.com/espectaculos/menu-bien-contrastado_0_1118288324.html


viernes, noviembre 30, 2012

Un olvidado que vuelve a hacer historia: Vladimir Bakk

Nuestra querida amiga, Ingrid Fliter, nos trae a Vladimir Bakk - enorme pianista cuyo paso por Buenos Aires en los años 70 marcó a varios [entre los que nos contamos] y luego regresó en los 90, momento en que Ingrid tuvo su primer contacto con él.


 Video uploaded by Rayuela23
A tribute to one of the greatest but unfortunately not widely known pianists of all times. Those who had the privilege to know him and to listen to his performances will forever love and admire this hidden genius. Vladimir Bakk was born in Moscow in 1944 and died in 2007 in West Palm Beach at the age of 63.

Traducción libre: 
Un homenaje a uno de los más grandes pianistas de todos los tiempos que lamentablemente no es tan conocido. Aquellos que tuvieron el privilegio de conocerlo y presenciar sus recitales, admiraremos y veneraremos su genio oculto para siempre. Vladimir Bakk nació en Moscú en 1944 y murió en West Palm Beach en 2007 a la edad de 63 años.

Gracias, Ingrid, por traernos a Vladimir Bakk de regreso a nuestros corazones y oídos. 

domingo, mayo 06, 2012

Ingrid Fliter y su natural simplicidad

Una pianista en el aeropuerto
Enlace al blog de Pablo Gianera


Hoy Pablo Gianera en su blog de La Nación publicó una entrada sobre el pasaje de Fliter por dos aeropuertos dentro del marco de su agitada agenda:





Sugerimos leer la entrada y luego los comentarios de lectores...
 

lunes, abril 23, 2012

Soo-Been Lee | Wieniawski | Variations on an Original Theme in A major |...




"Un fenómeno musical"  y bien dicho. Noticia recibida de parte de Estela Telerman con nuestro agradecimiento por hacernos llegar a esta pequeña violinista, participante del Concurso Menuhin 2012.

domingo, febrero 12, 2012

Nuestro Wunderkind saca su primer disco

Ya lo mencionamos en nuestras páginas en 2008, cuando hizo una fugaz visita a Buenos Aires invitado a tocar por la Fundación Chopiniana. En ese momento, apenas nos enteramos de su talento, logramos reivindicarlo en estas páginas con una pequeña mención:
http://ladansedepuck.blogspot.com/2008/08/un-pianista-milagroso.html
Recién hoy, sale su primer disco al mercado bajo el sello DGG.


http://www.deutschegrammophon.com/html/special/wunder-chopin/index.html

The second will be the first: this is perhaps the best way of summing up the outcome of the 2010 International Chopin Competition in Warsaw. After all, the experts were all agreed that it was not the nominal winner, Yulianna Avdeeva, who deserved the first prize but the Austrian pianist, Ingolf Wunder. Wunder was born in Klagenfurt on 8 September 1985 and was only four when he received his first music lessons. He initially wanted to become a violinist, but when he was 14, his extraordinary talent for the piano was discovered. That same year he made his debut at the Vienna Konzerthaus, before going on to study the piano at the conservatories in Klagenfurt and Linz, and at Vienna’s University of Music. To hone his Chopin skills, he worked on his technique with Adam Harasiewicz, who won the Chopin Competition in 1955.

Traducción Libre:
El segundo será el primero: esta sea quizás la mejor manera de resumir el resultado del Concurso Internacional Chopin 2010 en Varsovia. Después de todo, los expertos convinieron que la ganadora nominal, Yulianna Avdeeva, no era merecedora del primer premio, sino que lo era el pianista Austríaco, Ingolf Wunder. Ingolf Wunder nació el 8 de septiembre de 1985 en Klagenfurt y recibió sus primeras clases de música a los cuatro años. Al principio quería ser violinista, pero a los 14, fue descubierto su extraordinario talento para el piano. Ese mismo año hizo su debut en la Vienna Konzerthaus, para luego continuar sus estudios de piano en los conservatorios de Klagenfurt y Linz, y en la Facultad de Música de la Universidad de Viena. Para afinar y poner a punto sus abilidades Chopinianas, trabajó su técnica bajo Adam Harasiewizcz, quien gano el Concurso Chopin en 1955.


1929

jueves, octubre 13, 2011

Directores XVIII

Los Directores
Continuamos con la serie en la que estamos presentando más de 120 biografías escuetas de directores famosos. Las conceptualizaciones serán mínimas; y las recomendaciones discográficas puramente a criterio de nuestra redacción y haciendo abstracción de la posibilidad de mencionar grabaciones adicionales. Por esta causa, sugerimos investigar cuidadosamente las discografías de cada director para descubrir otros registros.

PAUL VAN KEMPEN (1893-1955) nació en Holanda y desde muy joven fue instrumentista en el Concertgebouw, dirigido por Mengelberg. De gran formación y excelente técnica, recibió su primer contrato en 1916 en Dortmund. Estuvo de 1932 a 1934 en Oberhausen, año en que sucedió a von Karajan en Aquisgrán. Fue catedrático en Siena, dirigió mucho tiempo en la radio de Hilversum y su última actividad la desarrolló en Bremen. Tuvo el inmenso mérito de ser el primero en dirigir las sinfonías de Bruckner en ediciones originales. A diferencia de Mengelberg, no colaboró con los nazis, a pesar de haberse quedado en Alemania como holandés.
Discografía sugerida: sus exquisitos acompañamientos a Prihoda, Mainardi y Kempff; 6ª de Tschaikowsky, un clásico.



ISTVAN KERTÉSZ ( 1929-1973) fue otra de las irreparables pérdidas tempranas sufridas por el podio de directores del siglo XX.
Húngaro, estudió violín, composición y dirección en la famosa Academia Franz Liszt y debutó en 1953 en Györ. Trabajó en Budapest hasta su huída durante el alzamiento de 1956, reprimido salvajemente por los comunistas rusos. Volvió a estudiar, en este caso con Previtali, aceptando invitaciones en Hamburgo, Frankfurt y Berlín libre. De 1958 a 1963 fue titular de la Opera de Augsburgo, concurriendo a partir de 1961 como invitado al Festival de Salzburgo.
De 1964 hasta su accidental muerte fue titular en la Opera de Colonia, yendo simultáneamente a dirigir la Sinfónica de Londres. Invitado a los centros más importantes de Europa y las Américas, destacó su presencia al frente de la Filarmónica de Viena y la de Israel. Precisamente allí, en playas de Tel Aviv, se lo tragó el mar...
Director finísimo, sólidamente formado, tenía un repertorio amplio que traducía con jerarquía. Era un excepcional mozartiano.
Discografía sugerida: las sinfonías de Dvorak; sinfonías y Réquiem de Mozart; sinfonías de Schubert.


ERICH KLEIBER(1890-1956) y una paradoja: siendo una figura crucial entre los directores vieneses del siglo XX, jamás fue designado titular de la orquesta más famosa de su país: la Filarmónica de Viena. Y la pregunta sigue en vigencia: ¿si hubiese Kleiber sobrevivido a 1956, con Furtwängler muerto en 1954, habría competido con von Karajan por dicha titularidad? Posiblemente no. Kleiber no jugaba a la política y las influencias como su insigne colega de Salzburg. El hecho es que las muertes relativamente tempranas (en una profesión de octogenarios) de los Kleiber, Busch, Cantelli, Fricsay o van Beinum privó a la segunda mitad del siglo XX de una pléyade de batutas ligadas a las ilustres tradiciones de Strauss, Toscanini, Weingartner, Walter, Mengelberg; de directores con técnicas espléndidas y nobles músicos; del eslabón con la vieja guardia. Se rompió la continuidad y la chatura que siguió es la muestra incontrovertible. Kleiber estudió en Praga y mantuvo por siempre su amor por esa ciudad. Pocos recuerdan, mirando la llamada “foto de los 5 grandes” (una instantánea berlinesa de 1928 con Kleiber, Toscanini, Furtwängler, Walter y Klemperer, que coincidían profesionalmente en dicha capital simultáneamente que, detrás de ese Kleiber había pasado una intensa actividad: Darmstadt (1912-19), Barmen Elberfeld (1919-21), Dusseldorf (1921-22) y Mannheim (1922-23). Era un nómade que dirigía el repertorio tradicional así como el moderno, tanto en la ópera como en la sala de conciertos. Sus traducciones de la música de Janacek, Busoni, Liszt, Reger, Schoenberg y otros levantaban tanto entusiasmo como las que ofrecía de Mahler, Mozart o Beethoven. Visitó la Argentina en 1926 y la Unión Soviética en 1927. Amigo íntimo de Berg, dirigía su música y la de otros judíos proscriptos por el nazismo, al que no soportaba.Como Busch, otro insigne músico, no era judío pero estaba profundamente comprometido contra la interferencia política en el arte. Renunció a su importante cargo en Berlín y dejó Alemania en 1935. En pocos años, el llamado Reich (ridícula denominación ya que la palabra significa imperio y Alemania, aunque espúrea, era una democracia sin emperador...) perdió a Kleiber, Busch, Walter y Klemperer entre sus más grandes directores, por no mencionar a los cantantes, instrumentistas, escritores etc. que voluntaria o forzadamente emigraron; y a las celebridades que no volvieron al país siendo extranjeros. Después de presentarse como calificado invitado en Bruselas, Londres, Praga, Salzburg y otros importantes centros musicales se radicó en la Argentina y tomó ciudadanía del país. Dejó impresiones indelebles que subsisten en algunos registros no oficiales y en hemerotecas. Dirigió centenares de conciertos y veladas operísticas. Todavía hoy se recuerdan las temporadas alemanas del Colón con Busch y Kleiber. Entre 1943-46 dirigió en Cuba, volviendo a Europa al terminar la guerra. Ya mayor, prácticamente dejó de dirigir Mahler, Bruckner y muchos modernos excepto Janacek y Berg. Se consagró virtualmente a los clásicos. Asiduo visitante de los estudios de grabación, nunca fue tentado a completar los ciclos de Sinfonías de Beethoven o Brahms, por ejemplo. Las del primero, con una excepción, es posible recopilarlas a partir de grabaciones de estudio y en vivo no oficiales. Siendo aclamado como la quintaesencia de la interpretación mozartiana, oficialmente grabó solamente una sinfonía consiguiéndose un par más en vivo. Fue llamado el director de “las 3 F” (Figaro, Fidelio, Freischütz eran sus especialidades). Afortunadamente su definitivo registro de Figaro, oficial, se consigue, y las “otras dos F” es posible rastrearlas en archivos en vivo. Su registro oficial del Rosenkavalier es piedra de toque y, aparte, se pueden conseguir otros dos del Colón.Era un purista absoluto en cuando a fidelidad a los textos. Era la feliz combinación de la objetividad con pinceladas improvisativas. Sus ensayos eran obras maestras: les daba los libretos de las operas a los músicos de la orquesta, jamás marcaba las entradas en forma visible al público y se sabía de memoria los nombres y ubicaciones de cada músico. Sus escasos discos de música ligera vienesa son angulares. Cuando se despidió de Buenos Aires dirigió el ciclo integral de sinfonías de Beethoven. D’Urbano, el numen de los críticos de su tiempo, escribió en la última crítica a Kleiber en Argentina:" ...cumplió con el sagrado deber de un buen director: dejar la Orquesta mejor de lo que la encontró".Esas pocas palabras resumen como nunca a este prócer de la batuta.
Discografía sugerida: las Sinfonías 3, 5, 6 y 7 de Beethoven ; Figaro; Rosenkavalier; Dafne en el Colón; las óperas wagnerianas en el Colón y su Till Eulenspiegel en vivo.

OTTO KLEMPERER (1885-1973), celebridad de la batuta, tuvo una vida segada por desgracias personales. Cuando Walter Legge, el principal productor discográfico del siglo XX y marido de Elisabeth Schwarzkopf fundó la Orquesta Philharmonia en Londres, juntó los mejores músicos de su tiempo y por casi quince años tuvo la mejor orquesta del mundo, aunque (por celos profesionales) eso doliera mucho en Viena, Berlín, Ámsterdam, Chicago, Filadelfia, Boston o New York. Tras ponerla en manos egregias como las de Furtwängler, von Karajan y Toscanini para conciertos aislados, Legge resolvió que la Philharmonia necesitaba un titular. Designó visionariamente al gigantesco Klemperer, al que le programó giras enjundiosas y grabaciones por decenas. Estaba resucitando a un exiliado casi en el olvido. Klemperer dio lo mejor de sí a pesar de la precariedad de su salud y fue deificado por crítica, público...y por el mismo Legge. Hasta que la difícil personalidad del productor le hizo querer interferir en las versiones de Klemperer como lo hacía virtualmente con todos los otros directores que ponía al frente de su orquesta, y que todos aceptaban estas intrusiones (algunos gustosos, otros menos) con tal de pararse frente a semejante orquesta. Klemperer no lo permitió y se produjo la ruptura que, poco después, ocasionaría la disolución de la Philharmonia y su posterior re-bautismo a New Philharmonia, esta vez sin Legge. En el momento posterior a la renuncia de Klemperer, el mismo Legge que lo santificara anunciaba que “con el tiempo, Klemperer será un anacronismo”. El genial director, parafraseando un texto de la Tetralogía (“Immer war Undank Loges Lohn”, o “Siempre la ingratitud fue el valor de Loge”) diría “Immer war Undank Legges Lohn”. Cosas de la vida. Hoy seguimos disfrutando de las maravillosas grabaciones producidas por Legge y de las trascendentes versiones de Klemperer, sin que ni uno ni el otro sean un anacronismo.
La carrera de Klemperer estuvo signada por el infortunio y la mala salud, a pesar de lo cual llegó casi a ser nonagenario. Pero, por sobre todo, la marcó su sapiencia , su versatilidad y su inmenso prestigio. A pesar de su pésimo carácter y acres comentarios, fue siempre muy respetado por sus músicos y sus colegas. Nació en Breslau, Alemania (hoy caprichosamente Wroclav, Polonia) y llevado tempranamente a vivir a Hamburgo y a estudiar a Frankfurt am Main. Uno de sus maestros, Hans Pfitzner, le urgió a dejar su promisoria carrera de pianista y hacerse director ( Klemperer había sido tercero en el Premio Antón Rubinstein de París detrás del joven ganador Backhaus y del joven segundo Bartok). Debutó en 1905 y luego intimó con su protector Gustav Mahler quien lo recomendó para dirigir la Opera Alemana de Praga en 1907. Posteriormente dirigió en la Opera de Hamburgo, Barmen, Strassburg, Colonia y Wiesbaden como titular; y en Barcelona, Roma, Moscú, Leningrado y New York como invitado, todo antes de 1926. En 1927 fue designado titular de la Opera Kroll de Berlín. Allí estrenó obras de Schoenberg, Weill, Janacek y otros, además de dirigir toda la inmensidad del repertorio sinfónico y operístico tradicionales. Tras recibir la medalla al Artista Alemán debió escapar del nazismo hacia Estados Unidos . Allí pasó hambre y otras privaciones, trabajando aisladamente en Los Angeles ( muchos de esos registros se preservan). Volvió a Europa en la posguerra para penar conduciendo orquestas poco relevantes. Había sido olvidado hasta que Legge lo volvió a la vida artística. Semiparalizado por la extracción de un tumor cerebral y sufriendo otros males fue un cabal ejemplo de la voluntad venciendo a la desgracia. También visitó exitosamente Buenos Aires. Esencial en su visión, por momentos agonístico, su paleta colorística era suya y sólo suya. Aunque algunos de sus tempi puedan objetarse, sus versiones siempre tienen el elevado interés que solo concitan los grandes.Muy recomendable una edición con sus escritos y la biografía en dos tomos de Peter Heyworth.
Discografía sugerida: el Holandés errante en vivo, su Fidelio con Hotter, las 9 Sinfonías de Beethoven en vivo, el Réquiem Alemán y sus registros (todos) en el Concertgebouw, además de sus legendarias y paradigmáticas traducciones de Bruckner y Mahler en diversos lugares. Para conocer al Klemperer testamentario visualmente, las Sinfonías de Beethoven en dvd.

domingo, agosto 07, 2011

Claudio von Foerster +

Hoy domingo 7 de agosto de 2011 falleció nuestro entrañable amigo e incansable colaborador, Claudio von Foerster.

Con enorme pesar y dolor decimos: "Que descanse en paz".

Hace unos años, con uno de sus mejores amigos.

martes, julio 26, 2011

Lavandera en televisión

MOZART
Conciertos para piano y orquesta Nº 11 y 9
ORQUESTA dirigida por Horacio Lavandera
SOLISTA: el mismo

Programa emitido por TN
el día sábado 23 de julio de 2011 a las 16:00 horas.
Grabado en fecha no especificada.

Piense el lector lo agitada y a la vez proficua que fuera la vida de Mozart: entre el Concierto Nº 11 y el Requiem (inacabado por él) escribió no menos de 400 obras. Una producción inimaginable. Algunos han pretendido aseverar que toda la producción mozartiana es igualmente feliz. Otros, empero, han sabido distinguir entre lo más interesante, lo menos atractivo y lo genial. Y si Manuel Belgrano tuvo por lápida una inscripción en el mármol de su mesita de noche por escasez de dinero, los restos de Mozart yacen en un osario común. Discurrir sobre este tema y discutirlo ha tomado ríos de tinta, de manera que no creemos que sea este el lugar ni que haya espacio en el mismo para comenzar nuevamente la disputa.
Para Toscanini, el mundo de la ópera era lo mejor de Mozart; para Bernstein, las sinfonías; para otros tantos, los conciertos instrumentales. Lo cierto, es que toda la música de Mozart suena agradable: desde la que se hace ecos de Haydn hasta la que preanuncia a Beethoven. No son muy frecuentes los conciertos populares y conciertos culturales que se exhiben por televisión en la Argentina; o se los pasa muy de madrugada o directamente se los ignora. De manera tal, que la bandera de la cultura en televisión parece llegar solamente al tango, al folklore y al rock nacional.
Los conciertos para piano de Mozart son difíciles por ser tan descubiertos. Schnabel decía que los jóvenes temen tocar Mozart por la escasa cantidad de notas y que los adultos le temen por la gran calidad de las notas.
La costumbre del pianista-director en obras de Mozart arranca en los tiempos del compositor. Los más viejos testimonios fonográficos los brindan Bruno Walter y Edwin Fischer tocando y dirigiendo. Más tarde, Geza Anda grabaría el ciclo integral en forma maravillosa. También lo hicieron, aunque con calidad dispar, Daniel Barenboim y Murray Perahia. El efecto conseguido, obviamente, es la síntesis del pensamiento entre orquesta y solista.
El concierto que se emitió por televisión recientemente, al que estamos aludiendo se llevó a cabo en el Teatro Coliseo. La filmación fue muy buena al igual que el sonido.
Claudio von Foerster