El jueves último, 9 de junio, se cumplieron 20 años del fallecimiento del notable pianista chileno. Viajó a Europa como niño prodigio becado por su gobierno y fue a estudiar con Martin Krause, el celebérrimo último alumno de Liszt. Indudablemente, debe haber sido un gran maestro, de momento que de su horno salieron discípulos tan dispares como Arrau, Edwin Fischer y Rosita Renard. Precisamente, esta última, compatriota del niño Claudio y, ya con una carrera iniciada, le hizo dar sus primeros pasos previos a Martin Krause. Arrau fue dueño de un mecanismo perfecto y de una musicalidad ricamente intelectual, que reconoce desmayos sólo al final de su carrera. Realizó proezas tales como tocar la obra completa de Bach en 17 recitales en Berlin y varias veces los ciclos completos de sonatas de Mozart, Schubert y Beethoven. Su repertorio tenía una vastedad enciclopédica como, entre tantos otros, poseían Brailowsky, Giseking y Richter. Su seguridad olímpica le hizo ser predilecto de muchos directores, así como sus manierismos le hicieron ser rechazado por tantos otros. En 1956 sustituyó a Solomon, quien había tenido un derrame cerebral, en los 5 conciertos de Beethoven en Londres con Klemperer. De seguro que Arrau no es tan recordado hoy como muchos de sus colegas gigantes del siglo XX pero la estirpe de Arrau se le nota a la distancia. Recomendamos el libro sobre Arrau escrito por Joseph Horowitz que lo pone en contacto con su público, conversaciones mediante; ahí encontrará al Arrau más crudo, capaz de las sentencias geniales y trascendentes como de los dislates más absurdos. Estamos en presencia de una mente privilegiada, de una expresión sin desbordes (salvo en su decadencia) y de un aplomo ante todos los públicos realmente llamativo.
Seguidamente publicamos 2 fotos inéditas. Arrau agradeciendo los aplausos tras un recital en el teatro Rivera Indarte de Córdoba, Argentina, en la década del 40. Fotos que nos sirven para recordar que el insigne pianista hacía puerto en Buenos Aires toda vez que podía. Sus recitales y conciertos en toda la geografía Argentina se pueden contar por decenas. Como dato curioso, recordemos en 1946 el Festival para la Victoria Aliada ofrecido en el Luna Park por Claudio Arrau y Jasha Horenstein.
El gran pianista hablaba con fluidez 5 idiomas y fue dueño de una de las más importantes colecciones de esculturas pre-colombinas que hubiera en América.
He aquí un pequeñísimo extracto - el Aria - de las Variaciones Goldberg de J. S. Bach tocadas por Claudio Arrau en formato "wav" [47 MB], obra que grabó en 1941 para RCA pero no se publicó hasta mucho más tarde, en la era del CD [1990] en una edición limitada que no se repitió nunca.
https://www.rapidshare.com/files/2084123798/Arrau_Aria_Goldberg_Varii.wav