Esta nueva serie que presentamos ofrece más de 120 biografías escuetas de directores famosos. Las conceptualizaciones serán mínimas; y las recomendaciones discográficas puramente a criterio de nuestra redacción y haciendo abstracción de la posibilidad de mencionar grabaciones adicionales. Por esta causa, sugerimos investigar cuidadosamente las discografías de cada director para “descubrir” otros registros.
RUDOLF BARSHAI (1924-¿?) nació en la Unión Soviética y estudió en Moscú y Leningrado. Antes de consagrarse a la batuta se desempeñó con
Discografía sugerida: los Conciertos brandemburgueses de Bach; colaboraciones con Gilels, Richter y Oistrakh; su propio arreglo de las Visiones fugitivas de Prokofiev.
LEON BARZIN (1900-1999) nació en Bélgica, llegó de niño a los Estados Unidos, cuya ciudadanía recibió en 1924. Estudió el violín con Isaye y fue violista destacado en la Orquesta Filarmónica de New York, siendo dirigido por las mejores batutas de su tiempo. En 1929 pasó a titularizar la American Orchestral Society y en 1939 fue titular de la Sinfónica de Hartford. Presidió una emisora radial, experiencia que, años más tarde, le valió conducir la Sinfónica del Aire, ex NBC de Toscanini.
Discografía sugerida: colaboraciones con Milstein; música de Chabrier..
ARTURO BASILE (1914-1968), siciliano, estudió en Turín. De 1943 en adelante y durante diez años fue titular de la Orquesta de la RTV Italiana, y destacó básicamente como operista. Murió en un accidente automovilístico. Fue prolijo y objetivo.
Discografía sugerida: Cavallería rusticana y Tosca.
ENRIQUE BATIZ (1944) nació en Méjico y estudió piano en la Juilliard y dirección orquestal en Polonia. En 1971 fue nombrado titular de la Sinfónica Nacional de su país natal. Con esa orquesta realizó innumerables giras y grabaciones.
Discografía sugerida: 5ª Sinfonía de Tschaikowsky; música de autores mejicanos.
SERGE BAUDO (1927-¿?) sobrino del famoso Paul Tortellier, nació en Marsella. Estudió con Fourestier y fue versátil ejecutante de percusión y música de cámara, comenzando como
Discografía sugerida: integral de sinfonías de Honegger.
Discografía sugerida: colaboraciones con Haskil; obras del barroco; Divertimenti de Mozart. Los registros de Purcell, Vivaldi, Corelli et al son un ejemplo de buen gusto.
THOMAS BEECHAM (1879-1961) ha sido, por su ironía, su espléndida musicalidad y su fama
Dio su primer concierto a los veinte, dirigiendo su propia orquesta. Su padre fue electo alcalde en St Helens, pueblo natal de Thomas, y para inaugurar la sala de la alcaldía contrató a Hans Richter y la Orquesta Hallé de Manchester. A última hora, Thomas saltó al podio para reemplazar al huésped enfermo y condujo un dificilísimo programa de memoria y sin ensayos. A pesar de haber podido usufructuar los dineros de su padre y sus conexiones en el Covent Garden, Beecham disputó con él y se fue del hogar. Viajó por Europa y recaló en Londres, donde dirigió orquestas y coros y fundó su propio conjunto sinfónico. Reconciliación familiar mediante, debutó en el Covent Garden en 1910. Desde ese momento, utilizando el respaldo financiero de papá Joseph, invitó a la Compañía Diaghilev, a Walter y a Richard Strauss (de cuya música siempre fue abogado), entre otras celebridades. Propulsó la ejecución de obras poco conocidas junto al repertorio tradicional y se dedicó mucho a la ópera. Trabajó incansablemente en la 1ª Guerra Mundial y solo tuvo el paréntesis obligado por una crisis económica en 1920. Viajó por Europa y Norteamérica y puso énfasis en los Festivales Delius.
Discografía sugerida: Carmen, maravillosa; La flauta mágica, grabada en Alemania, ejemplar; Vida de héroe; las sinfonías Salomón de Haydn; música de compositores ingleses. Indispensable su Scheherezade.
EDUARD VAN BEINUM (1901-1959) nació en Arnhem, Holanda y , en una profesión en general de octogenarios, fue una de las jóvenes pérdidas de la batuta, un genio al igual que Fricsay, Cantelli o Kertesz. Dos vínculos llaman siempre la atención: Ansermet fue titular de la Suisse Romande durante 50 años y Mengelberg de la Orquesta del Concertgebouw igual tiempo. Hoy, esos plazos son inimaginables. Van Beinum, sucesor de este último, estaba destinado a hacer otro tanto. Fue un técnico supremo, un músico refinado y un intérprete singular, al que todavía resta por darle su sitial de oro o platino.
Hasta 1927, estudió viola , la tocó en orquesta y dirigió coros. Ese año debutó como director en Haarlem, Holanda. Ese contrato duró hasta 1931 y le colmó de experiencia. En 1931 pasó a ser asistente en el Concertgebouw y en 1938 director principal director junto a Mengelberg. Cuando éste fue raleado ingratamente de su cargo en 1945, van Beinum pasó a ser titular hasta su muerte, que le sorprendió a raiz de un síncope mientras ensayaba con su orquesta. En 1950 debió retirarse un año por motivos de salud. Viajó en giras con la orquesta, siendo también huésped en Los Angeles y titular de la Orquesta Filarmónica de Londres .
Discografía sugerida: Música náutica de Händel; integral de Sinfonías de Brahms; sinfonías de Schubert y Bruckner; Sinfonía fantástica de Berlioz; La Canción de la Tierra. Esto es lo más representativo, pero toda su producción tiene status de leyenda.