viernes, octubre 12, 2007

El Nuevo Director del Teatro Colón.


Fin de temporada. Hora de balances. Recuerdo vívidamente el reportaje a Cecilio Madanes, director de teatro y cine a quien habían designado Director del Teatro Colón (nada extraño el poner a los canarios con los patos en un país cuyos gobiernos hacen un culto de despreciar las jerarquías diplomáticas y nombran políticos venidos a menos como embajadores en el exterior...¿o acaso el ex Ministro López Rega no fue expelido del país por María Estela de Perón, alias Isabelita, como “embajador plenipotenciario?).

Volviendo al tristemente nombrado Madanes, se le preguntó cuál había sido, en su opinión, su máximo logro en el cargo. Muy suelto de cuerpo respondió:"Haber desterrado la corbata del Colón”. Más allá de la metáfora populista acorde con los tiempos que corrían, la tontera había sido sentenciada..., ante la falta de todo logro artístico.

Con escasas excepciones, el cargo de Director del primer coliseo, en los últimos cuarenta años, no ha dejado de ser “il boccato del cardinale” de los militares o políticos de turno.
Oscuros periodistas, directores de cine, otros de teatro o simples burócratas se han sentado en el codiciado sillón de Arturo Toscanini y Cerrito. A diferencia de la Wiener Staatsoper, el Covent Garden, el Met, la Opera de Chicago, La Scala y otras salas de renombre, por la dirección del Colón han desfilado indios y vaqueros, pero pocos especialistas.

Así se explica el declive en los últimos decenios de un Teatro que fuera ejemplo y meca dorada, al que hasta le han arruinado la inigualable acústica con refacciones pergeñadas por aficionados que seguramente requirieron de presupuestos que a más de algún travieso podrían haber enriquecido.
Como no podía ser de otra manera, el nuevo Jefe de Gobierno –afecto a las decisiones unipersonales dignas de grandes empresas propias o heredadas- ya parece haber ofrecido el cargo a un operómano: Horacio Sanguinetti.

De ser cierta la especie, es de esperar que no “acomode” a cofrades de su santuario; que archive las producciones colonísticas mejor de lo que ha preservado inmensos legados de discos donados al Nacional Buenos Aires con la eufemística nominación de Archivo Nacional de Música; que cancele inmediatamente las reformas edilicias en curso;... y que enseñe al Arquitecto Persic (corresponsable con él de un programa radial y chabacano responsable de las transmisiones de exteriores de Radio Nacional Clásica) a cultivar un estilo algo más formal y menos barato.
Empezando por estos menesteres, no abaratando las calidades musicales de las temporadas por venir y siendo administrador austero, seguramente podrá inscribir en la piedra de la historia (y no en arena) su nombre.
Baltasar Rey



1 comentario:

Anónimo dijo...

De acuerdo con BR. Simplemente espero que el Dr. Sanguinetti no actué con ligereza y tanto él como el Ing. Macri asuman la responsabilidad de sus actos.