martes, noviembre 27, 2007

Argentina detrás de Singapur

Parece mentira que en un país que ha sido el paraíso de los intérpretes clásicos, que llegó a tener un Teatro Colón ambicionado y visitado por los mejores, que llegó a tener como mínimo 10 orquestas dignísimas actuando simultáneamente, nos haya alcanzado el inmobilismo. El Colón cerrado justo cuando cumple 100 años, por arreglos que quizás destruyan por segunda vez su acústica, o lo que queda de ella; la Académica en vías de extinción; la Sinfónica Nacional con escasa y muy dispersa actividad; la Filarmónica de Buenos Aires pasando por un inequívoco mal momento musical; las orquestas provinciales prácticamente imposible de ser juzgadas por la escasa difusión que se le da a su obra y ninguna orquesta radial de enjundia.

Pudimos acceder en forma exclusiva a un video que, aparte de brindarnos placer como melómanos, consiguió avergonzarnos como argentinos: una orquesta de adolescentes en Singapur, dirigida por un jóven alemán, ofreciendo una versión de la Sinfonía "Eróica" inimaginable en los tiempos que corren en nuestra tierra.


Al lector bien dispuesto, le sugerimos abrir sus oídos y escuchar con placer y objetividad. Al chauvinista, le encarecemos no malgastar su tiempo buscando excusas: ¡y pensar que cuando Oswald Spengler escribió "La decadencia de occidente", no imaginaba el ascenso de Singapur y el descenso de la Argentina!
Danse de Puck



Orquesta Juvenil de la Academia de Fine Arts de Nanyang, Singapur,
bajo la batuta de su Director, Volker Hartung,
en el primer movimiento de la "Eroica" de Beethoven.
Singapur, 11 de novimbre de 2007


La orquesta en compañía de su Director durante un descanso: [haga click en la foto para verla en tamaño real]

domingo, noviembre 25, 2007

Esfuerzo y honestidad [Recital -- 19-Nov-2007]

Martha Noguera, pianista
Obras de Mozart, Beethoven y Chopin
En el Círculo Militar, 19-Nov-2007

La vida musical de Martha Noguera está signada por múltiples esfuerzos y por una gran honestidad. Ha tocado repetidamente las 32 sonatas de Beethoven, lo que presupone un arduo, largo y casi interminable esfuerzo de estudio y ejecución. Ha abordado varias veces la obra completa de Chopin, titánico esfuerzo que siempre despertó la admiración por los pianistas que lo emprendieron, entre ellos Magaloff, Brailowsky y Risler, tres ímprobos maestros del pasado. Como si lo antedicho fuera poco, varias decenas de obras más componen su repertorio activo sola y con orquesta.
Y como si hiciera el milagro de vivir días de cuarenta horas, es la mentora y organizadora responsable de los anuales Festivales Chopiniana, emprendimientos hechos “a puro pulmón”, que permiten a los auditorios capitalinos ponerse en contacto con pianistas que , a no ser por Chopiniana, probablemente ni tocarían en un país en el que la maravillosa cultura de los recitales (que hasta los años 70 eran como una religión) parece estar en extinción.
Con giras, recitales locales y actividad organizativa, sería muy sencillo que la Señora Noguera tocara “con oficio”, con solamente un repaso de su vasto repertorio y acaso con escasa profundizacion de lo que ejecuta. Simplemente por falta de tiempo. Pero no es así. Hay en cada una de sus ejecuciones dedicación y prolijidad. Podrá coincidirse o discreparse con algunos de sus enfoques, pero jamás dudar de su honestidad interpretativa.
En la oportunidad, escuchamos un Mozart cándido, preciosista y sobriamente estilístico; una “Apassionata” algo contenida, con escasa ebullición pero sin deformaciones fraseológicas ni transgresiones métricas tan frecuentes entre muchos pianistas que creen que para apasionarse hay que deformar o perder el control (Noguera se controla mucho...,a veces demasiado); y un Chopin desparejo, muy bien fraseado en los tiempos lentos y un poco recatado en cuanto al virtuosismo instrumental de los rápidos, con sonido que-a veces- es demasiado pequeño. Pero siempre con honestidad, haciendo gala de: “mejor algo de reserva que nada de histerias”. Lo cual es preferible a un “dictum” inverso.
En suma, una velada gratificante, con algunos reparos poco importantes a cargo de una pianista esforzada y honesta.
Claudio von Foerster

La Nación, Domingo 25 de noviembre de 2007


N.de la R.: Anteriormente en este Blog, ya habíamos advertido sobre algunas complicaciones percibidas respecto al futuro de nuestro Teatro Colón. Es con mucha tristeza que hoy las confirmamos.

Entrelíneas
Los compromisos tomados para armar la temporada 2008 no serán respetados por la nueva dirección
LANACION.com | Espectáculos | Domingo 25 de noviembre de 2007

Desaparición de la Académica - mal presagio

Escribe LUIS MARÍA BRAGATO
[N.de la R.:Recibido por mail al correo de uno de nuestros lectores]

En el ensayo del día de ayer por la tarde (jueves), los jóvenes integrantes de la Orquesta Académica del Teatro Colón, fueron impuestos por su director, el maestro Carlos Calleja, de la desgraciada noticia, que esa insustituible escuela de futuros músicos de nuestro país, será desactivada a partir del comienzo de la gestión del Sr. Sanguinetti. En efecto, el Requiem Alemán de Brahms, será el último concierto que brinden este puñado de talentosos jóvenes en la Facultad de Derecho. El Requiem de Verdi en el Coliseo, con los Cuerpos Estables del Teatro casi simultáneamente.

¿Casualidad? Lo que estamos padeciendo, no será el sepelio de la música en Buenos Aires. Recuerdo haber leído alguna vez una frase de Don Ernesto Sábato : "*La casualidad es una buena excusa para los ingenuos*". El maestro Calleja, está intentando por todos los medios salvar a esta orquesta. Al parecer se procedería a cambiar el nombre de la misma, y ésta pasaría a ser parte del Instituto Superior de Arte del Teatro, pero al solo fin de servir como acompañante de los estudiantes en las carreras de canto, ballet y dirección orquestal. Creo innecesario contarles el clima de decepción que observé a la salida de éste ensayo en los rostros de todos los chicos. (Como creo ustedes saben, mi hijo Bruno integra la orquesta como violoncellista). Fueron vanos mis intentos de consolarlo en el viaje de regreso a casa. Ninguno de ellos está dispuesto a prestarse a semejante despropósito. Están buscando el medio de poder proseguir fuera del ámbito del Teatro con su orquesta y haciendo el repertorio que sirva a su formación para el futuro, y no otro, *para el cual la orquesta no fué creada*. Si a ésto le sumo el hecho de que desde hace cuatro meses ha dejado de abonárseles el magro viático que percibían ($150 por mes), por cuanto la Fundación Teatro Colón, al no haber más visitas guiadas ha dejado de recaudar, y aparentemente quien era el sostén económico de la misma, no está dispuesta a sostenerla en el futuro, concluyo que el comentario desesperanzado de mi hijo anoche, no dejaba de tener coherencia. "Si yo hubiera sabido ésto, en lugar de estudiar diez horas por día, me hubiera metido a trabajar en un negocio de hamburguesas". Pero entonces amigos, creo que ha llegado el momento de presentar armas.

Transcribo el último mensaje de Susana De Simone: "*Por mi cuenta agrego: ¿No podemos organizar alguna forma de protesta contra todo esto? Una cadena de emails acabó con la payasada del nombramiento de Rodríguez Felder. ¿Por qué no intentar algo similar ahora, o vamos a dejar que todo siga igual, con el consentimiento tácito de todos, los que apoyan y los que se oponen?". *Lo suscribo, lo hago mío, y me dirijo a todos para que nuevamente nos pongamos en movimiento para defender el patrimonio que nos pertenece, aquello que nos da felicidad, y que hace que nuestro transito por la vida tengo algún sentido.
Luis María Bragato

jueves, noviembre 15, 2007

Para abrir los ojos y la mente.... [Capítulo 5]

LAS CRITICAS DE JORGE D’URBANOU
Un crítico que no opina es un contrasentido”. Esta sencilla sentencia definió el ideario del crítico musical mas sapiente, versado e influyente del siglo XX en Argentina. Muchas de sus notas las agrupó en un libro MUSICA EN BUENOS AIRES, Ed. Sudamericana), pero decenas más quedaron simplemente en los periodicos de la epoca.Tenemos en nuestros archivos más de seiscientas de esas piezas doradas y publicaremos muchas de esas gemas devalor perenne. Creemos que, como tributo a tan importante personalidad,ha llegado el momento de volver a poner a la consideración pública aquellos trabajos,pruebas incontrovertibles de un estilo sin compromisos que hoy está extinguido; y con un bagaje de conocimientos, además de una pluma singular) que pertenecen a una era dorada

Fue Lenz el primero en hablar de Beethoven y sus tres estilos. Esta clasificación ha sido aceptada casi universalmente y corresponde a las tres grandes etapas en la vida del artista. El primero oscila entre el acatamiento a las influencias de sus mayoresysu inquietud por encontrar nuevas formulas de expresión; todavía escribe como Haydn pero ya comienza a hablar como Beethoven. La sonata en Do menor, llamada “Patética”, es un típico modelo de ese primer estilo. El segundo período se desarrolla cuando su conciencia creadora ha adquirido la seguridad y violencia de la afirmación; no solo escribe y habla como Beethoven, sino que funda una ley sobre esas primicias. La sonata en Fa menor, llamada “Apassionata”, es excelente muestra de ese momento. El estilo último comprende la madurez, cuando ya ha renunciado a la imposición o a la conquista y anda suelto por el mundo de su imaginación; no le importa convencer a nadie ni atraer a nadie; está a solas con su propio ser como único testigo de su diálogo con la Divinidad. La sonata en La bemol mayor op.110 es una admirable síntesis de esa disposición espiritual.

Estas tres sonatas mencionadas, junsto con la Op. 26 y la Fantasía en Sol menor, Op. 77, formaron el programa del recital que Hans Richter-Haaser ofreció el sábado por la tarde en el Teatro Colón. Vale decir que el pianista alemán decidió abarcar en una sola tarde, a manera de gigantesco fresco, la evolución oompleta del arte de Beethoven. Puedo imaginar que algunas de las personas que asistieron a este recital habían oídohablar de los tres estilos de Beethoven, sin saber exactamente en qué consisten. Ahora lo saben. Richter-Haaser realizó la proeza de exponerlos con absoluta claridad, caracterizándolos con precisión y mostrando no sólo las enormes diferencias que los separan, sino las asombrosas similitudes que los unen. Según mis recuerdos, sólo otro pianista fue capaz de llevar a cabo semejante empresa: Wilhelm Backhaus. Según otros recuerdos autorizados, hay que agregar a la escasa lista otro nombre ilustre: Eduardo Risler.

Una de las más satisfactorias virtudes musicales de Richter-Haaaser es que nunca cae en el habitual error de magnificar el contenido expresivo de lo que interpreta. El noventa y nueve por ciento de los pianistas convierten la “Patética” en una tragedia shakesperiana, simplemente porque atienden más al título(que no es de Beethoven)que a la música(que sí es de Beethoven). La ejecutan como si fuera la expresión de su madurez emocional, cuando en verdad es el símbolo de su inquieta juventud y la evidencia que en ese instante Beethoven era un hijo del siglo XVIII.
Otro típico caso de inflación expresiva se produce con la “Apassionata”. En general los intérpretes la llenan de tanto ardor en cada uno de sus compases que cuando llega el real momento de mostrar ímpetu, se les ha acabado la cuerda. Por eo es que la “Apassionata” aparece con frecuencia como una obra emocionalmente frustrada, donde el punto culminante es más bajo de lo que podía pensarse escuchando todo lo anterior. Richter-Haaser graduó la intensidad psicológica y emocional de la obra con tan agudo sentido de las proporciones que cuando llegó a la cumbre no le faltó aliento.
Mi impresión es que tan ajustada armonía como en el de todos los intérpretes que logran parecida perfección, a que considera el discurso musical como un texto lógico, donde no todas las entre contenido y continente se debe, en su caso palabras ni signos de puntuación tienen igual valor emocional. No se trata de hacer que el material secundario, tantoarmónico como melódico o rítmico, tenga igual importancia que el principal. Son elementos necesarios a la estructura pero que carecen de especial significación. Esta puesta en valor de cada elemento de la obra, más la clara y completa concepción del verdadero significado del fragmento y la observación precisa de los detalles de estilo es la que da a sus versiones ese aire de autoridad y espontaneidad queresulta absolutamente convincente.Y sobre todo totalmente coherente.
Hasta el momento no he mencionado las condiciones técnicas de Hans Richter-Haaser. La verdad es que me parece obvio referirse a ellas. Para lograr lo que él consigue se necesita un mecanismo trascendente. Pero, por sobre todo, se necesita un tal
ento de primer orden y una muy afinada visión de lo que en la verdad en materia musical.

Jorge D'Urbano
Crítica escrita en 1961

[N. de la R.: LaDanseDePuck asistió a ese magno ciclo de las 32 sonatas en abono vespertino a siete sábados consecutivos. Huelga decir que otra vez, por desidia e incapacidad, ninguno de los siete recitales fueron grabados. ¡Otra pérdida irremediable para la historia musical y local! Por cierto, no todos los pianistas que tocaron el ciclo seguían el mismo orden. Como curiosidad y como aporte, ladansedepuck extrajo de sus archivos tres ejemplos Richter-Haaser, en Japón y ocho años después de Buenos Aires cambió el orden con que las tocó en el Colón. Backhaus siempre utilizó el mismo orden a través de 20 veces o más. En cuanto a Risler, salvo por las dos llamadas “sonatas fáciles”(19 y 20)es rigurosamente cronológico. Schnabel varió de un ciclo a otro las cinco veces que los tocó.]

HANS RICHTER HAASER (Japón 1969):
Ciclo de 32 Sonatas de Beethoven (detalle y distribución)
Programa 1: Sonatas 1, 19, 20, 27 y 23 (28 Enero)
Programa 2: Sonatas 2, 13, 14, 24, 28 (30 Enero)
Programa 3: Sonatas 3, 9, 10, 30, 21 (3 Febrero)
Programa 4: Sonatas 4, 16, 18, 25, 26 (7 Febrero)
Programa 5: Sonatas 11, 17, 15, 29 (10 Febrero)
Programa 6: Sonatas 12, 22, 18, 31 (12 Febrero)
Programa 7: Sonatas 5, 6, 7, 32 (15 Febrero)

WILHELM BACKHAUS (Teatro Colón, 1947)
Ciclo de las 32 Sonatas de Beethoven (detalle y distribución)
Recital 1: Sonatas 3, 6, 13, 19, 21 (19 de agosto)
Recital 2: Sonatas 1, 10, 17, 22,23 (21 de agosto)
Recital 3: Sonatas 4, 7, 16, 26 (23 de agosto)
Recital 4: Sonatas 2, 8, 24, 27, 28 (30 de agosto)
Recital 5: Sonatas 11, 12, 29 (3 de septiembre)
Recital 6: Sonatas 9, 15, 18, 25, 30 (6 de septiembre)

Recital 7: Sonatas 5, 14, 20, 31, 32 (9 de septiembre)

EDUARDO RISLER (Teatro de la Avenida, Junio/Julio 1922)
Ciclo de las 32 Sonatas de Beethoven (Detalle y distribución:)
Recital 1: Sonatas Nos. 1, 2, 3, 19, 20
Recital 2: Sonatas Nos. 19, 4, 5, 6, 7
Recital 3: Sonatas Nos. 8, 9, 10, 11
Recital 4: Sonatas Nos. 12, 13, 14, 15
Recital 5: Sonatas Nos. 16, 17, 18
Recital 6: Sonatas Nos. 21, 22, 23
Recital 7: Sonatas Nos. 24, 25, 26, 27, 28
Recital 8: Sonatas Nos. 29, 30, 21, 3


[Fuentes: Programas de la época y libro "Piano&Forte" y archivos del Sr. Claudio von Foerster]

domingo, noviembre 11, 2007

Andaloro - Liszt PC 2 [Parte 1 de 4]

Para todos aquellos que se perdieron a este enorme pianista durante su paso por Buenos Aires [casi de incógnito, gracias a sus sponsors que ni se tomaron el trabajo de publicar algunas líneas en los medios locales]. Fue el último alumno del Maestro Sergio Fiorentino, quien hoy también goza de poca prensa y menos aún en el cono sur, salvo las audiciones pasadas por Radio Nacional FM Clásica, producción conjunta del crítico Claudio von Foerster y la hoy ex-Dirección Artística. [N.de la R.]


Sergio Fiorentino - Una entrevista musical [Parte 1 de 5]

sábado, noviembre 10, 2007

Revista Cantabile - Entrevista a Sanguinetti

Reproducimos a continuación trozos de la entrevista hecha por Daniel Varcalli Costas al Dr. Sanguinetti y publicada en el último número de "Cantabile"

VER NOTA COMPLETA EN ESTE LINK

"Hay que respetar los gustos de la gente"
Entrevista a Horacio Sanguinetti.
Daniel Varacalli Costas
"En una extensa entrevista, Horacio Sanguinetti, a un mes de asumir como director general del Teatro Colón, habla de sus proyectos de trabajar en un teatro autónomo y autárquico, de honrar a los cantantes argentinos, jóvenes y retirados, de diversificar las opciones para los abonados, de recuperar un concepto de la régie y la programación que atraiga al público, de trabajar para los niños y los jóvenes con temporadas especiales para ellos. El futuro del teatro, las perspectivas para 2008, los interrogantes pendientes.

Después de un extenso y fecundo periodo al frente del Colegio Nacional de Buenos Aires, Horacio Sanguinetti encontró pronto la compensación a la pérdida que significó alejarse de ese ámbito entrañable que sigue dándole cobijo como profesor. Su anuncio como director general del Teatro Colón corona también una larga devoción por la ópera, la divulgación musical y la musicografía, testimoniada en algunos libros recientes, y, fundamentalmente, el amor por el pasado glorioso del arte canoro, al que más de uno quisiera regresar con una nostalgia cuya legitimidad no siempre está exenta de discusión.

Todavía en el estudio de su casa, poblado de libros, discos y fotografías que son como el retrato de su identidad, Sanguinetti, ese “último exponente de la Generación del 80” (como gusta de llamarlo este cronista), recibe a Cantabile
para responder a sus preguntas en su clásica manera de expresarse, en la que esta vez, misteriosamente, no dejó oírse el infaltable latinismo.

-¿Cuáles son las ventajas y desventajas de ser convocado a dirigir un lugar con el que uno tiene un relación afectiva muy profunda?
- Por un lado, naturalmente, desde el punto de vista sentimental hay una inmensa emoción y alegría, pero una cosa es ser un aficionado a la lírica, y otra dirigir un teatro que tiene una serie de aspectos administrativos, jurídicos, económicos, que requieren una atención especial. Yo estoy muy halagado y al mismo tiempo con todo mi sentido de la responsabilidad despierto, y con algunas preocupaciones también. En la ambivalencia que siento prevalece la alegría y la idea de que si tenemos un poco de suerte y nos rodeamos de gente válida podemos arrancar bien. Lo que sí me animo a decir es que voy a ser muy cuidadoso, austero y muy honesto en el manejo de los fondos públicos.

- Usted hace hincapié en la administración de la cosa pública. ¿Cuál es el hilo conductor entre este cargo y la dirección del Colegio Nacional?
- Creo muy humildemente que son las dos instituciones más importantes que tiene el país… ¡y he tenido la inmensa fortuna de haber sido convocado para ambas! (risas). Hay dificultades comunes, como el manejo de mucha gente. El Colegio con sus padres implica una comunidad de más de 10.000 personas; sin los padres y con los empleados son alrededor de 5.000, y no crea que son fáciles. El Colón tiene una cosa un poco diferente: que hay dinero para manejar; en el Colegio en cambio no había un peso para nada, con lo cual nadie podía imaginar que uno estaba allí por interés económico. Cuando asumí en el Colegio también me suscitó preocupación, pero tuve la fortuna de terminar de una manera muy grata. Espero que en el Colón sea igual.
........[ver texto completo en el siguiente link] Revista Cantabile

- ¿En versiones íntegras o reducidas?
- En ambas. Luis Ovsejevich se ha ofrecido para trabajar en esto y vamos a tomar su ofrecimiento porque lo ha hecho muy bien. Yo tenía seis años cuando vi Rigoletto y no me morí de susto porque aparecía Sparafucile a la noche; los chicos hoy se bancan cosas horrorosas por televisión, así que pueden perfectamente ver una tragedia como La traviata. Tiene que ser música que les llegue rápidamente y que entiendan lo que pasa.

El futuro y el pasado

- “Hay que potenciar a los jóvenes –dice Sanguinetti. Hace poco estuve en San Juan en el jurado de un concurso, con Enrique Ricci y Luis Lima, para armar dos elencos de L'elisir d'amore. Había 200 anotados, oímos sólo 49, algunos no pudieron llegar porque no podían pagarse el pasaje. Nos encontramos con voces fenomenales, el Nemorino cantó el aria de Lenski, no sé cuánta gente en el mundo puede cantarla así. Un tenor cantó el aria de Guillermo Tell; venía de Carcarañá. ¿Con quién puede estudiar allí? El Colón y la Fundación tienen que hacerse cargo de estos temas, potenciando lo que habitualmente hacen.”

Del mismo modo, el afecto de Sanguinetti hacia los cantantes retirados es inocultable: “Quiero atender mucho a los cantantes argentinos en actividad y darles mucha honra a los cantares de otras épocas. No puede ser que vaya al teatro un gran tenor o soprano del pasado y le digan: `¿Usted quién es?´. Algo así vi yo cuando un funcionario se enojó porque encontró a alguien en su palco y quiso echarlo. Era Pascual de Rogatis, que estaba por cumplir cien años. Hay que tener mucho cuidado porque esa gente es muy maltratada; lo mismo con los ex bailarines. Hay que darles un carnet para que puedan entrar, abrir un registro y convocarlos, y hacerles un gran acto de homenaje el 25 de mayo del año próximo, en el sector que tengamos disponible.”_© 2004 | Cantabile. Revista de Música Clásica

viernes, noviembre 09, 2007

Creciente preocupación - Obras en el Colón

LANACION.com | ADN Cultura | Jueves 8 de noviembre de 2007


Silenciosa investigación, llena de sorpresas y de datos oportunamente confirmados, es la encarada por la museóloga y química Graciela Weisinger, sobre historia, técnicas y patologías en las pinturas del Teatro Colón, contenidas en el libro editado por la Universidad del Museo Social Argentino bajo el título la pintura ornamental.




Para abrir los ojos y la mente..... [Capítulo 4]

LAS CRITICAS DE JORGE D’URBANO

“Un crítico que no opina es un contrasentido”. Esta sencilla sentencia definió el ideario del crítico musical mas sapiente, versado e influyente del siglo XX en Argentina. Muchas de sus notas las agrupó en un libro (MUSICA EN BUENOS AIRES, Ed. Sudamericana), pero decenas más quedaron simplemente en los periodicos de la epoca. Tenemos en nuestros archivos más de seiscientas de esas piezas doradas y publicaremos muchas de esas gemas de valor perenne. Creemos que, como tributo a tan importante personalidad, ha llegado el momento de volver a poner a la consideración pública aquellos trabajos, pruebas incontrovertibles de un estilo sin compromisos que hoy está extinguido; y con un bagaje de conocimientos (además de una pluma singular) que pertenecen a una era dorada.

MEMORABLE ACONTECIMIENTO
Hans Hotter, barítono y Ferdinand Leitner, piano
Museo de Arte Decorativo, Buenos Aires, 1961


El lunes por la noche el Mozarteum Argentino dio término a la que posiblemente haya sido la mejor temporada de su historia, con un recital de Hans Hotter, acompañado al piano por Ferdinand Leitner, que es posible que haya sido el mejor concierto del año.

La obra elegida fue “El viaje de invierno”, ciclo de veinticuatro canciones que Schubert compuso sobre poemas de Wilhelm Müller. Es el más comprometido de todos los ciclos de lieder, simplemente porque la sucesión de las canciones forma una atmósfera emocional de tan particulares características que el conjunto es más importante que la suma de sus partes. Esto no es posible en matemáticas, pero es posible en arte. Cada una de las canciones de “El viaje de invierno” y todas en conjunto poseen elevado valor musical. Entre ellas hay algunos de los más grandes lieder que ha compuesto un ser humano. Pero su reunión establece una dimensión espiritual nueva que no nace del valor de cada una por separado sino de su conjunción. Por esto, la interpretación de “El viaje de invierno” supone el compromiso más crítico para un cantante de cámara: el lograr mantener la versión en un tono expresivo que constituye la línea general del ciclo, amén de interpretar cada canción como elemento aislado en el más acabado y puro de los estilos. Hotter y Leitner lo consiguieron. Este logro no es frecuente. Es muy raro. Cuando se produce hay que saludarlo como un acontecimiento artístico.

Resulta difícil imaginar un artista, cuya voz y porte encuentran adecuado ambiente en el Wotan wagneriano o en el Gaspar del “Freischutz”, capaz de afrontar el refinamiento y la delicadeza expresiva de Schubert. El problema de muchos cantantes es que tienen poca voz para la parte que desempeñan. El de Hotter es que tiene demasiada voz para “El viaje de invierno”. Es
materia de rendida admiración para este oyente que haya podido reducirla a los límites extremos sin perder en el intento nada de su dominio expresivo ni de su control técnico.
Su enfoque de la obra no es anecdótico. Por encima de los contrastes dramáticos que ella ofrece, destacó siempre el clima espiritual y la continuidad de su particular emoción. Y habiendo renunciaddo a cualquier efecto expresivo que no fuese indispensable para la necesaria comprensión del asunto, la austeridad que puso en juego fue a la vez intensa y convincente. Cuando finalizó el último lied, tan cargado de presagios y pertinaz insistencia, había en la sala una tensión emocional cuya calidad sólo alcanzan los grandes artistas.

Es difícil establecer en qué medida contribuyó Ferdinand Leitner a tan especial resonancia. Creo que fue muy grande. El piano consiguió fundirse literalmente con la voz del artista. No era un acompañamiento, era una simultánea recreación. Y cada una de las sutilezas y matices del cantante encontró el eco justo y equilibrado en el instrumento. Quiero decir que, como pocas veces en mi experiencia, no escuché voz y canto por separado, sino como una sola cosa. En verdad, no se sabía exactamente dónde comenzaba lo uno y lo otro.

Es curioso cómo actuó este concierto en mi ánimo. Cuando salí de la sala estaba seguro de haber escuchado una notable interpretación. Pero, a diferencia de tantas veces, la música siguió madurando dentro de mí y a medida que pasaron las horas fue creciendo mi admiración hasta el punto de comprender que había escuchado algo absolutamente memorable. No tengo reparo en confesarlo. Y sí agradecimiento por quienes consiguieron que me enriqueciera en semejante proporción.
Jorge D'Urbano
Buenos Aires, 1961

[N.de la R. de LaDanseDePuck: este magno concierto que extrajo de la pluma del mejor crítico musical argentino los máximos elogios que acaso haya dispensado en su larga carrera, tuvo lugar en el hermoso Museo Nacional de Arte Decorativo en Buenos Aires. LaDanseDePuck asistió a la conjunción del más grande liederista del siglo XX cantando su especialidad y a un trascendente director de orquesta colaborando desde el piano. Como de costumbre, la desaprensión y negligencia hicieron que la velada no se grabara. Los lectores, por fortuna, pueden obtener varias grabaciones de Hotter en esta obra, siendo especialmente recomendable la que registrara con Michael Raucheisen.]

jueves, noviembre 08, 2007

Lectura obligada - Radio Amadeus


Una lectora, Laura Schwartz, nos comentó lo siguiente: Ver comentario en esta nota

Una iniquidad: ¿Por qué Radio Amadeus (Buenos Aires)no transmite grabaciones de Toscanini? Porque su Director sostiene que: "La mayor parte de los registros existentes de Toscanini no posee la calidad sonora mínima que nosotros exigimos y desentonaría con el conjunto emitido por nuestra radio".

Muy interesante la respuesta que el responsable [¿responsable?] de AMADEUS le dio a Laura Schwartz sobre Toscanini. Decir que no hay grabaciones de alto nivel sonoro del gran director es de una ignorancia supina. Puedo presentarle a ese funcionario no menos de doscientos registros inmaculados. Se nota a la legua que Chotsurian no gusta de Toscanini [... acaso porque en sus ocasionales --y afortunadamente infrecuentes-- presentaciones como director recrea la fábula de la zorra y las uvas] y por eso es mendaz o al menos mal informado.

Recordando la línea a la que descendió Radio Clásica bajo su dirección, antes de presentarse en quiebra bajo su dirección [tan lejos de la refinada Clásica de Gaby Aberasturi]; y recordando su fugaz --por fortuna-- paso por Nacional, no es de extrañarse que Amadeus sea una emisora pasatista, sin contenidos y abocada a pasar grabaciones sin ruidos aunque se trate de malas interpretaciones, ignorando a los históricos que hicieron grande a la música y a la industria del disco.

Este funcionario no habría aceptación dirigiendo una emisora hace medio siglo. Aunque es tan camaleónico en su falta de refinamiento musical que hasta pienso que habría intentado trepar elogiando a quienes hoy denosta. Total, la Argentina es un país amnésico que ya ni recuerda el fatal desempeño de Chotsourian en el Teatro Colón, ni el nombre del ignorante que lo designó.

Julio Acevedo

Descubrimiento tardío


Lamentablemente, llegué ayer [N.de la Redacción: 6-Oct-2007] a los Grandes Conciertos que emite Canal(á) algo tarde. Mi involuntaria impuntualidad me benefició a la vez que me perjudicó. El perjuicio radica en no haber podido anoticiarme del nombre del director que conducía en la oportunidad a la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Lanús. El beneficio, haberme perdido dos versiones, una de una obertura de Rossini y la otra del Moldava de Smetana, ambas de una lentitud casi insoportable.

Pero, y he aquí lo fascinante, escuché la entrevista al director. Entre otras cosas, dijo este músico que estaba descubriendo, mediante una nueva ubicación de los músicos de la orquesta, las posibilidades de un entramado sonoro, diferente, de mayor claridad: primeros violines a su izquierda, segundos a su derecha, violas y cellos al frente.

Investigar es muy loable y estudiar comparativamente aún más. Pero, en este caso, se trata de un descubrimiento tardío: en efecto, este director cuyo nombre (por mi culpa) desconozco, va a ubicar a sus músicos en el 2007 como Toscanini (y otros antes que él) lo hacía en 1896.

Claudio von Foerster, 7 de noviembre de 2007

martes, noviembre 06, 2007

Para abrir los ojos y la mente ... [Capítulo 3]

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“Un crítico que no opina es un contrasentido”. Esta sencilla sentencia definió el ideario del crítico musical mas sapiente, versado e influyente del siglo XX en Argentina. Muchas de sus notas las agrupó en un libro (MUSICA EN BUENOS AIRES, Ed. Sudamericana), pero decenas más quedaron simplemente en los periodicos de la epoca. Tenemos en nuestros archivos más de seiscientas de esas piezas doradas y publicaremos muchas de esas gemas de valor perenne. Creemos que, como tributo a tan importante personalidad, ha llegado el momento de volver a poner a la consideración pública aquellos trabajos, pruebas incontrovertibles de un estilo sin compromisos que hoy estâ extinguido; y con un bagaje de conocimientos (además de una pluma singular) que pertenecen a una era dorada.

FUERTE COMO UN ROBLE
Crítica escrita ca. 1951
Orquesta Sinfónica del Estado.
Director: Jascha Horenstein.
Solista:
Arturo Rubinstein

El concierto que ayer por la noche ofreció la Sinfónica del Estado bajo la dirección de Jascha Horenstein, fue una magnífica ocasión para conocer una obra también magnífica: la “Sinfonietta” de Leos Janacek. De este compositor, cuya ópera “Jenufa” fue uno de los mejores aciertos de la temporada del Colón del año pasado, podría decirse que en verdad se expresa en una lengua original. He aquí un músico con manifiesto entronque en el folklore bohemio de su país, que no rehuye la directa alusión a la música popular de su raza y que, sin embargo, encuentra una manera de expresión que no solo es personal sino que, por lo que conozco, es totalmente única. Además, su obra, tan directamente apoyada en cuanto pasa por arte tradicional, tiene un sabor y una concepción moderna y renovadora. Es música de nuestro siglo, refleja inquietudes que por completo nos pertenecen, es audaz, fuerte, sana y convincente como un roble o como una cascada. De ambos, tiene la natural certeza de ser cosa viva y permanente. De ambos también tiene el acento épico característico de los fenómenos naturales.

Jascha Horenstein la dirigió con un fervor manifiesto y la presentó con unas líneas que acompañaban el programa, que son toda una declaración de fe y un acto de conciencia. Estoy convencido que no se alcanzó el punto ideal de equilibrio entre las diferentes secciones de la orquesta en lo que se refiere a sonoridad. Primero, porque el mismo instrumental que utiliza Janacek en esta obra hace casi imposible un adecuado balance. Segundo, porque las engañosas reflexiones acústicas de la sala hacen prácticamente inabordable una clara exposición de la línea melódica confiada a los metales. En materia de ejecución, el “pianissimo” de la primera trompeta fue lo que los italianos califican como un “capolavoro”.

Se escucharon nuevamente las “Tres pastorales” de José María Castro, la segunda de ellas con verdadero poder evocativo; y el Concierto para piano y orquesta en si bemol mayor de Brahms, que tuvo a Artur Rubinstein, siempre tan dueño de sí mismo, como solista. Walter Pratesi fue el instrumentista del importante solo de violoncelo y por cierto que lo hizo muy bien.

Jorge D'Urbano
Buenos Aires, 1951


Butterfly .... investigada

¿Hubo realmente una Madame Butterfly real?
Una secretaria escolar japonesa reveló hace algunos años en Escocia que era la tataranieta de TSURU YAMAMURA. El lazo con Escocia reside en un empresario de Fraserburgh, Thomas Glover, una suerte de Pinkerton que estableció una compañía comercial en Nagasaki. TSURU vivió en casa de Glover durante treinta años y llevaba en su kimono el emblema de una mariposa.

Pero la aseveración de Noda entra en conflicto con pruebas que favorecen a otros competidores. Primero, hay una MAKI KAGA, también relacionada con Thomas Glover por haberle dado un hijo, TOMISABURO, también conocido como Tom. Es la favorita de acuerdo a John Luther Long, sobre cuya noveleta se basó la ópera de Puccini. Long, cuya historia estaba basada en un incidente informado a él por su hermana Jennie Correll, una misionera en Japón, dijo que la “verdadera Butterfly” sobrevivió a un intento de suicidio. El nombre de su hijo, significativamente, era Tom Glover; y el padre un comerciante británico, que sugería que MAKI era Butterfly.

Investigadores, no obstante, han descubierto recientemente el informe de una conferencia dada por Jennie Correll en Tokio en 1931, afirmando que el personaje no se basaba ni en TSURU ni en MAKI, sino en CHO-SAN, “una pequeña niña de una casa de té” despechada por su (anónimo) amante.
Catalina María Puigros
Octubre de 2007

Cuidar la calidad artística

Los argentinos solemos protestar por la aguda escasez de programas culturales en televisión. Esta queja suele excluir a los canales de cable, que abordan (con suerte diversa) estas temáticas.

Agradeciendo que aunque sea en cable, medio al que no acceden las mayorías por cuestiones económicas, se pueda ver mucho material de interés surge, empero, una nueva deuda que, tal y como se trabaja en el país (con amiguismo y complacencia) va camino de ser deuda pendiente: el control de calidad.

Así como, verbigracia, El Amante tiene la sagaz vigilancia de Noriega, hemos visto recientemente sendas emisiones de música en Encuentros y en Canal (á) que desde lo artístico dejaron mucho que desear. Suponemos que la presencia y vigilancia de un capaz director artístico vetaría alguna puesta al aire y alentaría otras.

Por ejemplo, las ejecuciones de Juan José Juri en el programa de Victor Hugo Morales fueron mediocrísimas desde lo musical y arbitrarias desde lo estilístico (el Nocturno de Chopin aburridísimo y el Soneto de Petrarca de Liszt irreconocible),pero además tocadas en un hermosísimo Blüthner...¡desafinado!

Palabras mayores, en cambio, para la Séptima de Beethoven ejecutada en la Facultad de Derecho por la Orquesta Juvenil Lib. Gral. San Martín dirigida por Ariel Gehlan, coleccionando una pléyade de errores (horrores) de afinación, desencuentros, mal conteo de pausas y faltas de solfeo que sería interminable relatar, pero que espantarían al oyente menos conocedor (excepción hecha de un timbalero excepcional que debiera ser contratado en una orquesta mejor). Entre partes, Mario Bencekry (titular del organismo) explicaba que algunos jóvenes directores tenían oportunidad de dirigir la orquesta. Supongo que debieran rendir una prueba de suficiencia antes para evitar despropósitos como el comentado. O dirigir en privado, porque los yerros cometidos son, básicamente, la combinación de malos ensayos y músicos que no han estudiado lo suficiente ; o no lo han aprendido, lo que es peor aún.

Si quien escribe fuese director musical de esas dos señales hubiese vetado ambas emisiones en defensa del arte. Así como tampoco hubiese permitido la grotesca presentación de Marcos Munstock en el concierto dirigido por Jorge Rotter frente a la Filarmónica por ATC, solo equiparada por la chabacanería del binomio Valdú-Persic en la transmisión en directo del mismo concierto por Radio Nacional Clásica.

Un poco más de celo no vendría mal.

Baltasar Rey
Buenos Aires, Octubre de 2007