sábado, noviembre 10, 2007

Revista Cantabile - Entrevista a Sanguinetti

Reproducimos a continuación trozos de la entrevista hecha por Daniel Varcalli Costas al Dr. Sanguinetti y publicada en el último número de "Cantabile"

VER NOTA COMPLETA EN ESTE LINK

"Hay que respetar los gustos de la gente"
Entrevista a Horacio Sanguinetti.
Daniel Varacalli Costas
"En una extensa entrevista, Horacio Sanguinetti, a un mes de asumir como director general del Teatro Colón, habla de sus proyectos de trabajar en un teatro autónomo y autárquico, de honrar a los cantantes argentinos, jóvenes y retirados, de diversificar las opciones para los abonados, de recuperar un concepto de la régie y la programación que atraiga al público, de trabajar para los niños y los jóvenes con temporadas especiales para ellos. El futuro del teatro, las perspectivas para 2008, los interrogantes pendientes.

Después de un extenso y fecundo periodo al frente del Colegio Nacional de Buenos Aires, Horacio Sanguinetti encontró pronto la compensación a la pérdida que significó alejarse de ese ámbito entrañable que sigue dándole cobijo como profesor. Su anuncio como director general del Teatro Colón corona también una larga devoción por la ópera, la divulgación musical y la musicografía, testimoniada en algunos libros recientes, y, fundamentalmente, el amor por el pasado glorioso del arte canoro, al que más de uno quisiera regresar con una nostalgia cuya legitimidad no siempre está exenta de discusión.

Todavía en el estudio de su casa, poblado de libros, discos y fotografías que son como el retrato de su identidad, Sanguinetti, ese “último exponente de la Generación del 80” (como gusta de llamarlo este cronista), recibe a Cantabile
para responder a sus preguntas en su clásica manera de expresarse, en la que esta vez, misteriosamente, no dejó oírse el infaltable latinismo.

-¿Cuáles son las ventajas y desventajas de ser convocado a dirigir un lugar con el que uno tiene un relación afectiva muy profunda?
- Por un lado, naturalmente, desde el punto de vista sentimental hay una inmensa emoción y alegría, pero una cosa es ser un aficionado a la lírica, y otra dirigir un teatro que tiene una serie de aspectos administrativos, jurídicos, económicos, que requieren una atención especial. Yo estoy muy halagado y al mismo tiempo con todo mi sentido de la responsabilidad despierto, y con algunas preocupaciones también. En la ambivalencia que siento prevalece la alegría y la idea de que si tenemos un poco de suerte y nos rodeamos de gente válida podemos arrancar bien. Lo que sí me animo a decir es que voy a ser muy cuidadoso, austero y muy honesto en el manejo de los fondos públicos.

- Usted hace hincapié en la administración de la cosa pública. ¿Cuál es el hilo conductor entre este cargo y la dirección del Colegio Nacional?
- Creo muy humildemente que son las dos instituciones más importantes que tiene el país… ¡y he tenido la inmensa fortuna de haber sido convocado para ambas! (risas). Hay dificultades comunes, como el manejo de mucha gente. El Colegio con sus padres implica una comunidad de más de 10.000 personas; sin los padres y con los empleados son alrededor de 5.000, y no crea que son fáciles. El Colón tiene una cosa un poco diferente: que hay dinero para manejar; en el Colegio en cambio no había un peso para nada, con lo cual nadie podía imaginar que uno estaba allí por interés económico. Cuando asumí en el Colegio también me suscitó preocupación, pero tuve la fortuna de terminar de una manera muy grata. Espero que en el Colón sea igual.
........[ver texto completo en el siguiente link] Revista Cantabile

- ¿En versiones íntegras o reducidas?
- En ambas. Luis Ovsejevich se ha ofrecido para trabajar en esto y vamos a tomar su ofrecimiento porque lo ha hecho muy bien. Yo tenía seis años cuando vi Rigoletto y no me morí de susto porque aparecía Sparafucile a la noche; los chicos hoy se bancan cosas horrorosas por televisión, así que pueden perfectamente ver una tragedia como La traviata. Tiene que ser música que les llegue rápidamente y que entiendan lo que pasa.

El futuro y el pasado

- “Hay que potenciar a los jóvenes –dice Sanguinetti. Hace poco estuve en San Juan en el jurado de un concurso, con Enrique Ricci y Luis Lima, para armar dos elencos de L'elisir d'amore. Había 200 anotados, oímos sólo 49, algunos no pudieron llegar porque no podían pagarse el pasaje. Nos encontramos con voces fenomenales, el Nemorino cantó el aria de Lenski, no sé cuánta gente en el mundo puede cantarla así. Un tenor cantó el aria de Guillermo Tell; venía de Carcarañá. ¿Con quién puede estudiar allí? El Colón y la Fundación tienen que hacerse cargo de estos temas, potenciando lo que habitualmente hacen.”

Del mismo modo, el afecto de Sanguinetti hacia los cantantes retirados es inocultable: “Quiero atender mucho a los cantantes argentinos en actividad y darles mucha honra a los cantares de otras épocas. No puede ser que vaya al teatro un gran tenor o soprano del pasado y le digan: `¿Usted quién es?´. Algo así vi yo cuando un funcionario se enojó porque encontró a alguien en su palco y quiso echarlo. Era Pascual de Rogatis, que estaba por cumplir cien años. Hay que tener mucho cuidado porque esa gente es muy maltratada; lo mismo con los ex bailarines. Hay que darles un carnet para que puedan entrar, abrir un registro y convocarlos, y hacerles un gran acto de homenaje el 25 de mayo del año próximo, en el sector que tengamos disponible.”_© 2004 | Cantabile. Revista de Música Clásica

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