jueves, octubre 13, 2011

Directores XVIII

Los Directores
Continuamos con la serie en la que estamos presentando más de 120 biografías escuetas de directores famosos. Las conceptualizaciones serán mínimas; y las recomendaciones discográficas puramente a criterio de nuestra redacción y haciendo abstracción de la posibilidad de mencionar grabaciones adicionales. Por esta causa, sugerimos investigar cuidadosamente las discografías de cada director para descubrir otros registros.

PAUL VAN KEMPEN (1893-1955) nació en Holanda y desde muy joven fue instrumentista en el Concertgebouw, dirigido por Mengelberg. De gran formación y excelente técnica, recibió su primer contrato en 1916 en Dortmund. Estuvo de 1932 a 1934 en Oberhausen, año en que sucedió a von Karajan en Aquisgrán. Fue catedrático en Siena, dirigió mucho tiempo en la radio de Hilversum y su última actividad la desarrolló en Bremen. Tuvo el inmenso mérito de ser el primero en dirigir las sinfonías de Bruckner en ediciones originales. A diferencia de Mengelberg, no colaboró con los nazis, a pesar de haberse quedado en Alemania como holandés.
Discografía sugerida: sus exquisitos acompañamientos a Prihoda, Mainardi y Kempff; 6ª de Tschaikowsky, un clásico.



ISTVAN KERTÉSZ ( 1929-1973) fue otra de las irreparables pérdidas tempranas sufridas por el podio de directores del siglo XX.
Húngaro, estudió violín, composición y dirección en la famosa Academia Franz Liszt y debutó en 1953 en Györ. Trabajó en Budapest hasta su huída durante el alzamiento de 1956, reprimido salvajemente por los comunistas rusos. Volvió a estudiar, en este caso con Previtali, aceptando invitaciones en Hamburgo, Frankfurt y Berlín libre. De 1958 a 1963 fue titular de la Opera de Augsburgo, concurriendo a partir de 1961 como invitado al Festival de Salzburgo.
De 1964 hasta su accidental muerte fue titular en la Opera de Colonia, yendo simultáneamente a dirigir la Sinfónica de Londres. Invitado a los centros más importantes de Europa y las Américas, destacó su presencia al frente de la Filarmónica de Viena y la de Israel. Precisamente allí, en playas de Tel Aviv, se lo tragó el mar...
Director finísimo, sólidamente formado, tenía un repertorio amplio que traducía con jerarquía. Era un excepcional mozartiano.
Discografía sugerida: las sinfonías de Dvorak; sinfonías y Réquiem de Mozart; sinfonías de Schubert.


ERICH KLEIBER(1890-1956) y una paradoja: siendo una figura crucial entre los directores vieneses del siglo XX, jamás fue designado titular de la orquesta más famosa de su país: la Filarmónica de Viena. Y la pregunta sigue en vigencia: ¿si hubiese Kleiber sobrevivido a 1956, con Furtwängler muerto en 1954, habría competido con von Karajan por dicha titularidad? Posiblemente no. Kleiber no jugaba a la política y las influencias como su insigne colega de Salzburg. El hecho es que las muertes relativamente tempranas (en una profesión de octogenarios) de los Kleiber, Busch, Cantelli, Fricsay o van Beinum privó a la segunda mitad del siglo XX de una pléyade de batutas ligadas a las ilustres tradiciones de Strauss, Toscanini, Weingartner, Walter, Mengelberg; de directores con técnicas espléndidas y nobles músicos; del eslabón con la vieja guardia. Se rompió la continuidad y la chatura que siguió es la muestra incontrovertible. Kleiber estudió en Praga y mantuvo por siempre su amor por esa ciudad. Pocos recuerdan, mirando la llamada “foto de los 5 grandes” (una instantánea berlinesa de 1928 con Kleiber, Toscanini, Furtwängler, Walter y Klemperer, que coincidían profesionalmente en dicha capital simultáneamente que, detrás de ese Kleiber había pasado una intensa actividad: Darmstadt (1912-19), Barmen Elberfeld (1919-21), Dusseldorf (1921-22) y Mannheim (1922-23). Era un nómade que dirigía el repertorio tradicional así como el moderno, tanto en la ópera como en la sala de conciertos. Sus traducciones de la música de Janacek, Busoni, Liszt, Reger, Schoenberg y otros levantaban tanto entusiasmo como las que ofrecía de Mahler, Mozart o Beethoven. Visitó la Argentina en 1926 y la Unión Soviética en 1927. Amigo íntimo de Berg, dirigía su música y la de otros judíos proscriptos por el nazismo, al que no soportaba.Como Busch, otro insigne músico, no era judío pero estaba profundamente comprometido contra la interferencia política en el arte. Renunció a su importante cargo en Berlín y dejó Alemania en 1935. En pocos años, el llamado Reich (ridícula denominación ya que la palabra significa imperio y Alemania, aunque espúrea, era una democracia sin emperador...) perdió a Kleiber, Busch, Walter y Klemperer entre sus más grandes directores, por no mencionar a los cantantes, instrumentistas, escritores etc. que voluntaria o forzadamente emigraron; y a las celebridades que no volvieron al país siendo extranjeros. Después de presentarse como calificado invitado en Bruselas, Londres, Praga, Salzburg y otros importantes centros musicales se radicó en la Argentina y tomó ciudadanía del país. Dejó impresiones indelebles que subsisten en algunos registros no oficiales y en hemerotecas. Dirigió centenares de conciertos y veladas operísticas. Todavía hoy se recuerdan las temporadas alemanas del Colón con Busch y Kleiber. Entre 1943-46 dirigió en Cuba, volviendo a Europa al terminar la guerra. Ya mayor, prácticamente dejó de dirigir Mahler, Bruckner y muchos modernos excepto Janacek y Berg. Se consagró virtualmente a los clásicos. Asiduo visitante de los estudios de grabación, nunca fue tentado a completar los ciclos de Sinfonías de Beethoven o Brahms, por ejemplo. Las del primero, con una excepción, es posible recopilarlas a partir de grabaciones de estudio y en vivo no oficiales. Siendo aclamado como la quintaesencia de la interpretación mozartiana, oficialmente grabó solamente una sinfonía consiguiéndose un par más en vivo. Fue llamado el director de “las 3 F” (Figaro, Fidelio, Freischütz eran sus especialidades). Afortunadamente su definitivo registro de Figaro, oficial, se consigue, y las “otras dos F” es posible rastrearlas en archivos en vivo. Su registro oficial del Rosenkavalier es piedra de toque y, aparte, se pueden conseguir otros dos del Colón.Era un purista absoluto en cuando a fidelidad a los textos. Era la feliz combinación de la objetividad con pinceladas improvisativas. Sus ensayos eran obras maestras: les daba los libretos de las operas a los músicos de la orquesta, jamás marcaba las entradas en forma visible al público y se sabía de memoria los nombres y ubicaciones de cada músico. Sus escasos discos de música ligera vienesa son angulares. Cuando se despidió de Buenos Aires dirigió el ciclo integral de sinfonías de Beethoven. D’Urbano, el numen de los críticos de su tiempo, escribió en la última crítica a Kleiber en Argentina:" ...cumplió con el sagrado deber de un buen director: dejar la Orquesta mejor de lo que la encontró".Esas pocas palabras resumen como nunca a este prócer de la batuta.
Discografía sugerida: las Sinfonías 3, 5, 6 y 7 de Beethoven ; Figaro; Rosenkavalier; Dafne en el Colón; las óperas wagnerianas en el Colón y su Till Eulenspiegel en vivo.

OTTO KLEMPERER (1885-1973), celebridad de la batuta, tuvo una vida segada por desgracias personales. Cuando Walter Legge, el principal productor discográfico del siglo XX y marido de Elisabeth Schwarzkopf fundó la Orquesta Philharmonia en Londres, juntó los mejores músicos de su tiempo y por casi quince años tuvo la mejor orquesta del mundo, aunque (por celos profesionales) eso doliera mucho en Viena, Berlín, Ámsterdam, Chicago, Filadelfia, Boston o New York. Tras ponerla en manos egregias como las de Furtwängler, von Karajan y Toscanini para conciertos aislados, Legge resolvió que la Philharmonia necesitaba un titular. Designó visionariamente al gigantesco Klemperer, al que le programó giras enjundiosas y grabaciones por decenas. Estaba resucitando a un exiliado casi en el olvido. Klemperer dio lo mejor de sí a pesar de la precariedad de su salud y fue deificado por crítica, público...y por el mismo Legge. Hasta que la difícil personalidad del productor le hizo querer interferir en las versiones de Klemperer como lo hacía virtualmente con todos los otros directores que ponía al frente de su orquesta, y que todos aceptaban estas intrusiones (algunos gustosos, otros menos) con tal de pararse frente a semejante orquesta. Klemperer no lo permitió y se produjo la ruptura que, poco después, ocasionaría la disolución de la Philharmonia y su posterior re-bautismo a New Philharmonia, esta vez sin Legge. En el momento posterior a la renuncia de Klemperer, el mismo Legge que lo santificara anunciaba que “con el tiempo, Klemperer será un anacronismo”. El genial director, parafraseando un texto de la Tetralogía (“Immer war Undank Loges Lohn”, o “Siempre la ingratitud fue el valor de Loge”) diría “Immer war Undank Legges Lohn”. Cosas de la vida. Hoy seguimos disfrutando de las maravillosas grabaciones producidas por Legge y de las trascendentes versiones de Klemperer, sin que ni uno ni el otro sean un anacronismo.
La carrera de Klemperer estuvo signada por el infortunio y la mala salud, a pesar de lo cual llegó casi a ser nonagenario. Pero, por sobre todo, la marcó su sapiencia , su versatilidad y su inmenso prestigio. A pesar de su pésimo carácter y acres comentarios, fue siempre muy respetado por sus músicos y sus colegas. Nació en Breslau, Alemania (hoy caprichosamente Wroclav, Polonia) y llevado tempranamente a vivir a Hamburgo y a estudiar a Frankfurt am Main. Uno de sus maestros, Hans Pfitzner, le urgió a dejar su promisoria carrera de pianista y hacerse director ( Klemperer había sido tercero en el Premio Antón Rubinstein de París detrás del joven ganador Backhaus y del joven segundo Bartok). Debutó en 1905 y luego intimó con su protector Gustav Mahler quien lo recomendó para dirigir la Opera Alemana de Praga en 1907. Posteriormente dirigió en la Opera de Hamburgo, Barmen, Strassburg, Colonia y Wiesbaden como titular; y en Barcelona, Roma, Moscú, Leningrado y New York como invitado, todo antes de 1926. En 1927 fue designado titular de la Opera Kroll de Berlín. Allí estrenó obras de Schoenberg, Weill, Janacek y otros, además de dirigir toda la inmensidad del repertorio sinfónico y operístico tradicionales. Tras recibir la medalla al Artista Alemán debió escapar del nazismo hacia Estados Unidos . Allí pasó hambre y otras privaciones, trabajando aisladamente en Los Angeles ( muchos de esos registros se preservan). Volvió a Europa en la posguerra para penar conduciendo orquestas poco relevantes. Había sido olvidado hasta que Legge lo volvió a la vida artística. Semiparalizado por la extracción de un tumor cerebral y sufriendo otros males fue un cabal ejemplo de la voluntad venciendo a la desgracia. También visitó exitosamente Buenos Aires. Esencial en su visión, por momentos agonístico, su paleta colorística era suya y sólo suya. Aunque algunos de sus tempi puedan objetarse, sus versiones siempre tienen el elevado interés que solo concitan los grandes.Muy recomendable una edición con sus escritos y la biografía en dos tomos de Peter Heyworth.
Discografía sugerida: el Holandés errante en vivo, su Fidelio con Hotter, las 9 Sinfonías de Beethoven en vivo, el Réquiem Alemán y sus registros (todos) en el Concertgebouw, además de sus legendarias y paradigmáticas traducciones de Bruckner y Mahler en diversos lugares. Para conocer al Klemperer testamentario visualmente, las Sinfonías de Beethoven en dvd.

domingo, agosto 07, 2011

Claudio von Foerster +

Hoy domingo 7 de agosto de 2011 falleció nuestro entrañable amigo e incansable colaborador, Claudio von Foerster.

Con enorme pesar y dolor decimos: "Que descanse en paz".

Hace unos años, con uno de sus mejores amigos.

martes, julio 26, 2011

Lavandera en televisión

MOZART
Conciertos para piano y orquesta Nº 11 y 9
ORQUESTA dirigida por Horacio Lavandera
SOLISTA: el mismo

Programa emitido por TN
el día sábado 23 de julio de 2011 a las 16:00 horas.
Grabado en fecha no especificada.

Piense el lector lo agitada y a la vez proficua que fuera la vida de Mozart: entre el Concierto Nº 11 y el Requiem (inacabado por él) escribió no menos de 400 obras. Una producción inimaginable. Algunos han pretendido aseverar que toda la producción mozartiana es igualmente feliz. Otros, empero, han sabido distinguir entre lo más interesante, lo menos atractivo y lo genial. Y si Manuel Belgrano tuvo por lápida una inscripción en el mármol de su mesita de noche por escasez de dinero, los restos de Mozart yacen en un osario común. Discurrir sobre este tema y discutirlo ha tomado ríos de tinta, de manera que no creemos que sea este el lugar ni que haya espacio en el mismo para comenzar nuevamente la disputa.
Para Toscanini, el mundo de la ópera era lo mejor de Mozart; para Bernstein, las sinfonías; para otros tantos, los conciertos instrumentales. Lo cierto, es que toda la música de Mozart suena agradable: desde la que se hace ecos de Haydn hasta la que preanuncia a Beethoven. No son muy frecuentes los conciertos populares y conciertos culturales que se exhiben por televisión en la Argentina; o se los pasa muy de madrugada o directamente se los ignora. De manera tal, que la bandera de la cultura en televisión parece llegar solamente al tango, al folklore y al rock nacional.
Los conciertos para piano de Mozart son difíciles por ser tan descubiertos. Schnabel decía que los jóvenes temen tocar Mozart por la escasa cantidad de notas y que los adultos le temen por la gran calidad de las notas.
La costumbre del pianista-director en obras de Mozart arranca en los tiempos del compositor. Los más viejos testimonios fonográficos los brindan Bruno Walter y Edwin Fischer tocando y dirigiendo. Más tarde, Geza Anda grabaría el ciclo integral en forma maravillosa. También lo hicieron, aunque con calidad dispar, Daniel Barenboim y Murray Perahia. El efecto conseguido, obviamente, es la síntesis del pensamiento entre orquesta y solista.
El concierto que se emitió por televisión recientemente, al que estamos aludiendo se llevó a cabo en el Teatro Coliseo. La filmación fue muy buena al igual que el sonido.
Claudio von Foerster

domingo, julio 17, 2011

No ha habido un fenómeno semejante desde Argerich.....

Una brillante actuación el viernes último, 15 de julio de 2011, en el Royal Albert Hall, Londres. Benjamin Grosvenor.... Pianista Británico de 19 años...





Competing with the dead guys!

Palabras textuales de Benjamin Grosvenor en conversación con un periodista del matutino londinense "The Guardian", días antes de debutar en los famosos Proms en Londres el día 15 de julio de 2011.

jueves, julio 14, 2011

Benjamin Grosvenor - First Night at the Proms July 15th

Benjamin Grosvenor - Chopin / Liszt / Ravel by DeccaRecords

Arthur Rubinstein - Documental de M.C. Margossian [3 de 3]


Un film de Marie-Claire Margossian
ARTE-Television 2010

Arthur Rubinstein - Documental de M.C. Margossian [2 de 3]


Un film de Marie-Claire Margossian
ARTE-Television 2010

Arthur Rubinstein - Documental de M.C. Margossian [1 de 3]


Un film de Marie-Claire Margossian
ARTE-Television 2010

Hedonist und Altruist zugleich, Götterliebling und Menschenfreund, melancholischer Sanguiniker und ernsthafter Künstler, begnadeter Musiker und glänzender Pianist, Egomane und Familientier. Arthur Rubinstein, ein großer Charakter und großer kosmopolitischer Mensch, der die Musik und auch die Menschen so sehr liebte. Er war glücklich, existieren zu können und von den Göttern so bevorzugt zu werden. Sie müssen so gerührt von ihm gewesen sein, dass sie ihn nicht früh zu sich genommen, sondern ihn als kostbaren Schatz lange genug den Menschen überlassen haben. Rubinstein konnte auch die Götter überzeugen und besänftigen, fast wie Orpheus.

Part II below
http://www.youtube.com/watch?v=qGD4DKXB7OU&hd=1

jueves, julio 07, 2011

Guías, estrellas y libros de cuentas

Recital de piano.

Programa: Bartok, Suite, Op.14; Kodaly, Meditación sobre Debussy;
Tchaikowsky, Gran Sonata en sol mayor; Liszt, Años de Peregrinaje (Suiza): En el lago de Wallenstadt, Al borde de una fuente; Liapunov, Dos Estudios Trascendentales: Canción de cuna, Lesghinka.
DANIEL GLOVER, piano
24 de junio de 2011 en el Museo Fernández Blanco, Buenos Aires.

Quisiera comenzar recordando que ya hicimos critica de este pianista por lo cual sugiero ir a la referencia del 25 de agosto del 2008 publicada en La Danse de Puck.
La Suite Op.14 de Bartok no es de sus obras más importantes, pero sí de las más tocadas. La improvisación de Kodaly casi no se escucha en público. Los representativos Años de Peregrinaje suelen oirse más en discos que en salas. La Sonata en sol mayor de Tchaikowsky, típica de la escritura de su autor, es eludida a menudo por su longitud desmesurada así como por su carencia de ideas (técnicamente ardua, no es invencible empero). En cuanto a Liapunov, intentó remedar a Liszt escribiendo 12 estudios trascendentales que están a distancia sideral de los del autor del Mefisto. Con 10 años de diferencia, Louis Kentner las grabó en forma completa y permitió que fueran más conocidos.
Daniel Glover parece habernos retrotraído a los conciertos-conferencias que Alfred Cortot ofreciera tan a menudo en el salón La Argentina y en el Teatro Odeón a principios del siglo pasado. Es una hermosa costumbre que el pianista, si es didáctico, explique el asunto que va a abordar. En la oportunidad, las traducciones, las realizó Valentín Surif.
Hace unos años, ocupándonos de Glover, elogiábamos su Liszt y criticabamos sus rusos. Como el mundo da vueltas, en la oportunidad presente elogiamos sus rusos y criticamos su Liszt. Primero con los húngaros: Bartok recibió una traducción excesivamente percusiva como el compositor no quería que se tocara el piano (basta con escuchar a Bartok en sus grabaciones para comprender lo antedicho). Kodaly, estuvo magníficamente ejecutado. Liszt ha sido, desde el piano, acaso quien más y mejor se ocupó del agua; lo que Glover no comprendió es que tanto En el lago de Wallenstadt como Al borde de una fuente, se trata de aguas calmas, no turbulentas como El Mar de Debussy o la Scheherazade de Rimsky-Korsakov. Su traducción de Armonías de la Tarde que si no me equivoco, no estaba en el programa fue impetuosa y los arpegios carecieron de belleza tímbrica. Lesghinka era el Estudio preferido de Braikowsky. Y, Glover acertadamente en su charla previa lo emparentó y lo asemejó a Islamey de Balakirev, el caballito de batalla inabordable de Simon Barer. Glover tocó el Estudio de Liapunov como para levantar a un muerto y haciéndolo, levantó la obra.
Fuera de programa, interpretó un mes de las estaciones de Tchaikowsky.
Resultó muy grato asistir a este recital. Una guía muy conocida le pone estrellas a los lugares de comida. No sabemos que significa cada estrella y por qué son 5 el máximo. Si hubiera que calificar por estrellas a un pianista, de seguro que sería más: por aplomo, por comunicatividad, por eficiencia mecánica, por memoria, por encuadre estilístico y así siguiendo. Es preferible el más doméstico libro de cuentas al que aludiera simpáticamente Jorge D’Urbano: la página izquierda para el Debe y la página derecha para el Haber. En ese caso, diríamos que Glover nos debe a los románticos, clásicos y barrocos, y también un poco más de sosiego en sus versiones. En el Haber, virtudes técnicas e interpretativas, incluyendo la osadía de armar programas no convencionales y no fáciles para el público, que cuando duda en el aplauso es que no tiene idea de si terminó la obra.
En suma, jornada atractiva ofrecida por un pianista eficiente en un piano deficiente.

Claudio von Foerster

martes, junio 14, 2011

Claudio Arrau

El jueves último, 9 de junio, se cumplieron 20 años del fallecimiento del notable pianista chileno. Viajó a Europa como niño prodigio becado por su gobierno y fue a estudiar con Martin Krause, el celebérrimo último alumno de Liszt. Indudablemente, debe haber sido un gran maestro, de momento que de su horno salieron discípulos tan dispares como Arrau, Edwin Fischer y Rosita Renard. Precisamente, esta última, compatriota del niño Claudio y, ya con una carrera iniciada, le hizo dar sus primeros pasos previos a Martin Krause. Arrau fue dueño de un mecanismo perfecto y de una musicalidad ricamente intelectual, que reconoce desmayos sólo al final de su carrera. Realizó proezas tales como tocar la obra completa de Bach en 17 recitales en Berlin y varias veces los ciclos completos de sonatas de Mozart, Schubert y Beethoven. Su repertorio tenía una vastedad enciclopédica como, entre tantos otros, poseían Brailowsky, Giseking y Richter. Su seguridad olímpica le hizo ser predilecto de muchos directores, así como sus manierismos le hicieron ser rechazado por tantos otros. En 1956 sustituyó a Solomon, quien había tenido un derrame cerebral, en los 5 conciertos de Beethoven en Londres con Klemperer. De seguro que Arrau no es tan recordado hoy como muchos de sus colegas gigantes del siglo XX pero la estirpe de Arrau se le nota a la distancia. Recomendamos el libro sobre Arrau escrito por Joseph Horowitz que lo pone en contacto con su público, conversaciones mediante; ahí encontrará al Arrau más crudo, capaz de las sentencias geniales y trascendentes como de los dislates más absurdos. Estamos en presencia de una mente privilegiada, de una expresión sin desbordes (salvo en su decadencia) y de un aplomo ante todos los públicos realmente llamativo.

Seguidamente publicamos 2 fotos inéditas. Arrau agradeciendo los aplausos tras un recital en el teatro Rivera Indarte de Córdoba, Argentina, en la década del 40. Fotos que nos sirven para recordar que el insigne pianista hacía puerto en Buenos Aires toda vez que podía. Sus recitales y conciertos en toda la geografía Argentina se pueden contar por decenas. Como dato curioso, recordemos en 1946 el Festival para la Victoria Aliada ofrecido en el Luna Park por Claudio Arrau y Jasha Horenstein.
El gran pianista hablaba con fluidez 5 idiomas y fue dueño de una de las más importantes colecciones de esculturas pre-colombinas que hubiera en América.








He aquí un pequeñísimo extracto - el Aria - de las Variaciones Goldberg de J. S. Bach tocadas por Claudio Arrau en formato "wav" [47 MB], obra que grabó en 1941 para RCA pero no se publicó hasta mucho más tarde, en la era del CD [1990] en una edición limitada que no se repitió nunca.

https://www.rapidshare.com/files/2084123798/Arrau_Aria_Goldberg_Varii.wav

lunes, abril 11, 2011

Fútbol con número vivo


Recordamos los cines de barrio de antaño: entre películas un señor tocaba un piano vertical en el escenario. Se lo llamaba "número vivo".
A la cancha de Vélez Sarfield se la denomina el Teatro Colón del Fútbol. Ayer, en el entretiempo del partido Vélez Sarfield-Newell's Old Boys se pudo escuchar en vivo a unas decenas de músicos de la Orquesta Estable del Colón, presuntamente despedidos.
Con tremenda dignidad, las pocas piezas que tocaron y el Himno Nacional que se cantó en la cancha, pusieron la nota de emoción de la tarde. Hubo lágrimas en muchas mejillas.
Pensar que estos músicos que con tanto decoro defienden su profesión necesitaron 17 minutos para hacer llorar a mucha gente; y que Pedro Pablo García Caffi nos hace llorar a cada minuto merced a la inoperancia de su gesión.

martes, marzo 22, 2011

Más Harry Blech





















MOZART
Sinfonía No. 33 en si bemol, K. 319

HAYDN
Sinfonía No. 103 en mi bemol, "El redoble de timbal"

London Mozart Players
HARRY BLECH


[ver "Comentarios" para más información]

Extraño sentido común

Al momento de escribir estas líneas, dos sectores en pugna: los irreductibles trabajadores del Teatro Colón haciendo huelga por demandas salariales; el inepto García Caffi sin desatar el nudo gordiano. A ellos se le suma el patético Ministro de Cultura diciendo que hay que establecer un paraguas en las negociaciones. El intermediario: el sentido común, o sea Plácido Domingo. Queriendo salvar sus conciertos actúa de mediador de uno que no puede [Caffi] y uno que no quiere [los trabajadores], con la presencia pintoresca de otro incapaz, el Ministro de Cultura. Aplaudamos la posición honesta de Plácido Domingo, pero recordemosle que en estas tierras los indios se morfaron a Solís. Que su arte siga permaneciendo impoluto. Total, el director del Colón va por su sueldo, los gremialistas por sus fueros.
Va a estar lindo Buenos Aires...

viernes, marzo 11, 2011

Discos olvidados
















Les brindamos estas dos sinfonías de Schubert: la 4ta o "Trágica" y la 5ta. por un conjunto poco usual en este repertorio: London Mozart Players bajo Harry Blech.

Contenido:

FRANZ SCHUBERT
Symphony No. 4 in C minor, "Tragic"
01. I. Adagio molto
02. II. Andante
03. III. Minuet [Allegro vivace] & Trio
04. IV. Allegro

Symphony No. 5 in B flat
05. I. Allegro
06. II. Andante con moto
07. III. Minuet [Allegro molto] & Trio
08. IV. Allegro vivace

London Mozart Players
HARRY BLECH

LP transfer [09-Feb-2011] from 2nd hand LP [Rec. date 1954 original UK release on HMV CLP1010 ]
Source: Discos Angel [Argentine pressing] # LPC 11532
Serie "Celebridades"
Matrix Nos.: 2XEA 380 1-N & 2XEA 381 1-N

Crítica en la revista Grammophone: http://tinyurl.com/6bx4z7u

Una pequeña biografía de Harry Blech: http://ladansedepuck.blogspot.com/2010/03/los-directores-fuera-de-programa.html

[ver "Comentarios" para más información]

domingo, febrero 27, 2011

Partituras

Hacia fines de los 80 decidieron mudar Radio Nacional de Ayacucho 1556 a Maipú 555. Una acertadísima medida ya que la vieja casona no podía compararse con Maipú, el primer edificio en la Argentina construido para radio (que hoy todavía sigue siendo moderno). Lo que Julio Mahárbiz (a) Márbiz, director de turno de la radio no pudo evitar o sí pudo y no quiso fue la fila de los contenedores llenos de discos rotos, sanos, libros y archivos de la radio. Se perdieron para siempre.
El Teatro Colón, en el cual gastaron 130 millones de pesos no pudo evitar o sí y no se quiso que cientos de partituras y libros de teatro aparecieran en contenedores esta semana. García Caffi no fue capaz de escuchar nuestra súplica en el sentido de lustrar una plaqueta. Ahora dice que va a investigar quien es el responsable de lo que fue a parar a los contenedores. Como el culpable no va a aparecer nunca (estamos en la Argentina) sugiero que se haga él mismo responsable de tal manera que se haya justicia. No estoy soñando, pienso en un país serio. La depredación cultural debe ser castigada.
Claudio von Foerster