Al momento de escribir estas líneas, dos sectores en pugna: los irreductibles trabajadores del Teatro Colón haciendo huelga por demandas salariales; el inepto García Caffi sin desatar el nudo gordiano. A ellos se le suma el patético Ministro de Cultura diciendo que hay que establecer un paraguas en las negociaciones. El intermediario: el sentido común, o sea Plácido Domingo. Queriendo salvar sus conciertos actúa de mediador de uno que no puede [Caffi] y uno que no quiere [los trabajadores], con la presencia pintoresca de otro incapaz, el Ministro de Cultura. Aplaudamos la posición honesta de Plácido Domingo, pero recordemosle que en estas tierras los indios se morfaron a Solís. Que su arte siga permaneciendo impoluto. Total, el director del Colón va por su sueldo, los gremialistas por sus fueros.
Va a estar lindo Buenos Aires...
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