martes, mayo 25, 2010

El análisisNo es de Macri ni de la Presidenta, sino de todos
Pablo Sirvén
> ¿A quién aplaudía anoche el Teatro Colón en pleno cuando todas las miradas se dirigieron hacia el palco principal? ¿A Macri, a Mujica, a Cobos? Los aplausos no tienen ideología: sólo su intensidad devela una mayor o menor adhesión. Y éste fue sólido y cerrado.

Habrá que deducir que el aplauso era para ellos sin distinción de banderías, y finalmente para todos los que tuvimos anoche el privilegio de ser protagonistas de una página histórica de la Argentina contemporánea. Nos aplaudíamos a nosotros mismos. ¿Le habrá llegado un eco, aunque más no fuese lejano, de ese aplauso a la presidenta Cristina Kirchner?

Fue una pena que se lo perdiera al dejarse ganar por el enojo que le ocasionó la frívola descortesía que tuvo con ella el jefe de gobierno porteño. Debió ir.

¡Qué distinto el presidente uruguayo! Podrá parecer campechano, pero zurce las relaciones rioplatenses sin tantos remilgos ideológicos y con gran pragmatismo. Se lo veía muy cómodo al lado de Macri.

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Motivos para la queja hubo y habrá siempre, pero ¿saben una cosa? Desde anoche, todos los argentinos, incluidos Macri, Cristina, Cobos y, por qué no, Ricardo Fort, volvimos a ser un poco mejores, y eso gracias a que el Colón volvió a revivir. El Teatro Colón reabierto nos hace mejores ante el mundo y ante nosotros mismos.

Es la prueba tangible de que los argentinos estamos para más.


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lanacion.com | Política | Martes 25 de mayo de 2010

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