lunes, diciembre 21, 2009

Colosal, trascendente ... olvidado!


El casi absoluto olvido que el mundo actual dispensa al gigantesco EGON PETRI (1881-1962) se explica únicamente por la ignorancia de los críticos que dictan modas y son capaces de lavar el cerebro de los lectores de revistas especializadas haciendo, a veces, sepultar la trayectoria de los grandes de antaño mediante artilugios y sofismas. Vivimos los tiempos de la superficialidad y PETRI es demasiado profundo para ciertos gustos actuales. No hay razón explicable para justificar que ninguna firma importante dejara de grabar a PETRI tras el advenimiento del vinilo. Seguía estando en plenitud de sus medios y de su concepto. Habiendo grabado, literalmente, decenas de 78s, solamente unos cinco o seis discos de larga duración testimoniaron en la época moderna siquiera una porción de su inigualable arte y de su antidemagogia. A tal punto fue desaprovechado por los mercantilistas de turno que, habiendo tocado a los 80 años ( !! ) por última vez el ciclo de las 32 Sonatas de Beethoven en seis recitales en el Museo de Arte de San Francisco no consiguió interesar a alguien para que lo grabara con vistas a una posterior eventual publicación en discos. Versátil músico y notable maestro, realizó el tramo más importante de su perfeccionamiento pianístico junto a BUSONI, con quien colaboró en ediciones musicales, entre otras cosas. En el "círculo BUSONI", PETRI era venerado por sus condiscípulos y allegados. Ya en esos tiempos, se decía de él que tocaba todo, y que todo estaba en su formidable memoria. Era un hombre talentoso y vivaz, estudioso y reflexivo, sencillo y agradable en el trato, con ocurrencias humorísticas de momento y reflexiones profundas imprevistas. En muchos conciertos de PETRI con orquesta, su maestro BUSONI dirigía junto al alumno predilecto. Proveniente de un hogar de músicos, sus padres recibían en el hogar familiar a visitantes y amigos, algunos de ellos tan ilustres como Brahms, Grieg, Mahler, Anton Rubinstein, Clara Schumann y Tschaikowsky. PETRI, ya desde niño, supo absorber la magia de esos encuentros memorables... Desde que comenzó su carrera, amaba los programas comprometidos y extensos, sin hacerle concesiones al público, antes bien, obligándolo a pensar, invitándolo a disfrutar. Tomemos, a guisa de ejemplo, un recital en Cracovia en 1927:

I
Bach/Busoni………. Toccata, Adagio y Fuga

Beethoven ............... Variaciones y fuga Heroica

II
Liszt, Seis estudios de Paganini
Doce Estudios Trascendentales

O uno de 1936:
I
Mozart…………… Sonata en Si bemol
Bach/Busoni…….. Variaciones Goldberg
II
Liszt……………..….. Sonata en Si menor
Busoni…………..….. Fantasía de Carmen
Medtner……….....…. Dos cuentos de hadas
Prokofiev….……… Toccata

Más ejemplos, serían innecesarios.


Estudiaba muy poco tiempo en el piano, prefiriendo la lectura de partituras fuera de él, a la manera de GIESEKING y BACKHAUS. Una anécdota lo pinta de cuerpo entero. Iba en auto al teatro a tocar, entre otras cosas, las 4 Baladas de Chopín. Le dijo a una amiga y alumna: "He decidido utilizar una digitación diferente en la Cuarta Balada". Su acompañante le preguntó: ¿Cuándo la cambió? La respuesta no se hizo esperar: "Recién...".En dos semanas, en los años cuarenta, aprendió las Variaciones Corelli de Rachmaninov para ser tocadas en público en un recital de Chicago, junto a la Fantasía contrapuntistica de Busoni y los Doce Estudios Op.10 de Chopin. Si su comprensión del estilo era total, su repertorio abarcaba desde Bach hasta, a lo sumo, el Tercer Concierto de Rachmaninov o Petrushka de Strawinsky. Aunque, ocasionalmente, tocara obras como La creación del mundo de Milhaud. En 1905 fue a desempeñarse como maestro a Manchester. . . ¡a los 24 años! Cómo cambian los tiempos: hoy, a esa edad, un pianista se está abriendo camino para edificar una carrera, en aquellos tiempos ya enseñaban. Y, por el contrario, antes había lo que podría denominarse más competencia que en nuestros días. Habiendo nacido en Hannover, a PETRI seguían considerándolo un pianista holandés, sin perjuicio de que su fama ya era tremenda en toda Europa. Fue el primer pianista occidental en dar recitales en la Rusia Soviética, en una de cuyas giras tocó ¡35 conciertos en 41 días! Su integridad le hizo dejar la Hochschule de Berlín en 1933, en protesta por la segregación hacia los judíos. Volvió a una de sus residencias ocasionales de Polonia, de donde escapó apurado antes de la invasión de 1939. Milagrosamente, todas sus posesiones fueron preservadas y rescatadas después de la guerra. Cuando debutó en New York en 1932, creó un frenesí de tanta magnitud que, inimaginablemente, debió conceder ¡33 bises!
En años posteriores, solía depender de su formidable memoria para edificar sus imponentes recitales: ...sus partituras habían quedado en Polonia. Posiblemente, cuando en 1922 tocaba la Malediction de Liszt, era uno de los primeros, sino el primero, en hacerlo, ya que la partitura había sido descubierta en 1915.Gustaba trabajar con ediciones revisadas, para conocer las opiniones de sus predecesores en materia de digitaciones y otros detalles.Hoy, los maestros enseñan que solamente sirve el Urtext...Fue uno de los primeros pianistas del siglo 20 que tocó el integral de Sonatas de Beethoven en 1905 en Oxford, que repitió en Basilea en 1908. Allan Evans, comentando la probidad y la seguridad del mecanismo de PETRI, nos dice que su increíble registro de las Variaciones Paganini de Brahms deriva de primeras (y únicas) tomas, esto es, sin repetir tramos de la obra, y lo compara con los 176 tomas que necesitó ARTUR RUBINSTEIN para su Vals Mefisto(y esta anécdota la comento sin el mínimo deseo de menoscabar a ese otro gigante).Es difícil describir sus facultades musicales e instrumentales. Su sonido era opulento, organístico y profundo en el pensar. Sus dedos, casi infalibles. Sus acordes eran plenos, untuosos , y la ligereza de sus octavas no tenía nada que envidiarle a la de los especialistas en el rubro, como LHEVINNE, CZIFFRA o HOROWITZ. No obstante, su arte es tan personal que no puede asociarse a PETRI estilísticamente con ningún antecesor o contemporáneo. Quizás, de los pianistas de su tiempo, BUSONI haya tenido parte de influencia en la formación de su estilo, aunque PETRI era más disciplinado. También BACKHAUS tiene algunos puntos en común con PETRI, especialmente la densidad sonora y el ascetismo de pensamiento unido a la gran simplicidad. Tocó en público hasta los 80 años. Si bien, como quedara dicho, su repertorio fue vastísimo (tocaba a Franck, fue un precursor en Alkan, Medtner, Busoni, Tschaikowsky, Bach, Scarlatti, Schumann, Chopin, Schubert), las piedras de toque del mismo han sido acaso Beethoven, Brahms y Liszt. Para mi gusto, aún admitiendo la sobresimplificación, es el máximo traductor de Liszt que conozco. Pero, también debo decirlo, sus Variaciones Paganini de Brahms me parecen insuperadas. Su Beethoven es severo, contrapuntístico, lleno de carácter, sin desbordes, con una pureza del estilo que alguno puede llegar a confundir con frialdad. ¡Nada más lejos de ello! Su sobriedad hace que BACKHAUS parezca un beethoveniano romántico. ARRAU nos comentaba, en una oportunidad, que algunas interpretaciones lisztianas de PETRI le hacían recordar a las de BUSONI. Este Apolo, con mucho de Hércules, tocaba, en tiempos relativamente modernos, obras que, si se grabaron, se perdieron para siempre: la Sonata de Liszt, la SonataDante, el Wanderer de Schubert o la Fantasía Don Giovanni.














Su discografía es amplísima, a pesar de que fue relativamente dejado a un lado después de 1950. Hoy pueden obtenerse en CD todas sus ejecuciones en 78rpm, y muchas de vivo. De Bach hay más transcripciones que originales, como respondiendo a la influencia busoniana. Su Chacona es imponentemente arquitectónica; la Fantasía cromática y fuga digitalmente perfecta y de espontánea dicción; muchas de las transcripciones de BUSONI tienen en PETRI al verbo ideal; y muchas de las propias son de una belleza inenarrable, como "Sheep may safely graze”, que PETRI convierte en una conmovedora obra de música. Grabó importantes composiciones de BUSONI que, ni siquiera en sus manos, me parecen atractivas. Y esto es un juicio sobre el autor, no sobre el intérprete! Después de conocer a HOROWITZ, a TROUARD o al propio BUSONI, en el Preludio Coral “Regocijaos, amados cristianos” uno cree haberlo escuchado todo…hasta que se conoce a PETRI, que empequeñece a sus colegas hasta extremos insospechados, por su digitalidad, por la forma de cantar y por el rigor de tiempista. Aunque no haya, ni por asomo, tantas Sonatas de Beethoven como quisiéramos, algunas que han sobrevivido dan al menos una idea de lo que era su concepto ante el autor. Su disco comercial de la Op.106 es imponente, la traducción es maciza y densa, el pensamiento casi insoportablemente hondo. También una versión suya en vivo de la obra le hace justicia. Las tres últimas Sonatas, en vivo, tienen una integridad singular, un pianismo ascético y gran sencillez en la expresión. Lo que otros pianistas quieren embellecer a toda costa, él lo entrega descarnado, desnudo, sin ornamentar. La Sonata Op.90, más en la grabación comercial que en la que se hiciera en vivo, tiene improntas dignas de SCHNABEL. Sus Variaciones Paganini no fueron superadas ni lo serán, aunque BACKHAUS esté muy cerca.PETRI es virtuoso y músico, veloz en los trozos alzados y meditativamente animado en los estudios (que eso son) lentos. Las Variaciones Händel, sin alcanzar a SOLOMON o a MOISEIWITSCH en mi gusto, poseen un claro enfoque contrapuntístico, y la Fuga es soberana. En la versión en vivo de las 4 Baladas Op.10, PETRI presenta piezas juveniles con sentido de la madurez precoz del Brahms primero, y en las Rapsodias Op.79 su ejecución impecable las hace trascender al mero ejercicio de destreza a que otros pianistas menos conspicuos las han sometido. De los muy pocos conciertos y obras con orquesta que se preservan de su gran repertorio, el Segundo de Liszt solamente ha sido alcanzado por RICHTER en cuanto a riqueza sonora y expresión sobriamente romántica. Una versión posterior con Wallenstein, en vivo, es igualmente bella y algo más elegantemente libre.El Primero de Tschaikowsky con Goehr se me ocurre demasiado aplomado y denso, carente del vuelo que la obra suele requerir, tocado hace más de medio siglo en la manera en que los rusos lo hacen hoy, obra en la que suelen ser mortalmente aburridos. El Wanderer de Schubert/Liszt, mitad engendro y mitad obra de arte como transcripción, recibe de PETRI una visión más sinfónica que pianística, aunque muy apropiada, junto a Mitropoulos. El mismo tandem produce una electrizante concepción del interesante trabajo como transcriptor de BUSONI con la Rapsodia Española de Liszt. Y la Fantasía sobre las Ruinas de Atenas, de Beethoven/Liszt es tan mala obra que pocos podrían convertirla en algo interesante. Hay grabaciones de PETRI con transcripciones, que son muy significativas: las de Schubert/Liszt, tanto en estudio como en vivo, todavía no pudieron superarse (Liebesbotschaft y Gretchen am Spinnrade quizás sean hitos); las de Gluck/Brahms y Gluck/Sgambati, prodigiosamente inspiradas; y el Andantino varié de Schubert/ /Tausig es casi poco creíble, porque la riqueza de la transcripción y la de la ejecución dan la sensación de que se tratase de cuatro manos.Inmensa, aunque insuficiente, es su discografía lisztiana. Si bien todo puede considerarse definitivo, absolutamente hay cimas que creo son inalcanzables: La Ricordanza, Mazeppa, la primera versión del Vals de Fausto, Gnomenreigen y los Sonetos de Petrarca ya ingresaron en la historia de la interpretación musical, no solamente pianística. Además, dejó probas traducciones de La caza, Rigoletto, Un sospiro, los arreglos sobre Sueño de una noche de verano de Mendelssohn/Liszt, Venezia e Napoli, Soirées de Vienne y otras. El Coro de las hilanderas del Buque Fantasma de Wagner/Liszt es prodigioso, aunque en colores no llegue a las alturas del BRAILOWSKY de Polydor.El Preludio, coral y fuga de Franck (tanto en vivo como en estudio) es disciplinado y hasta clásico en la forma de ser vertido, en la idea de RICHTER.Sus grabaciones chopinianas, que no son muchas, entregan entre lo más destacado sendas traducciones (en vivo y en estudio) de los 24 Preludios Op.28 (la versión de estudio es más fantasiosa y perfecta instrumentalmente), la Tercera Sonata (en vivo), la Tercera Balada, el Vals Op.42, el Estudio 13, una Polonesa y un par de Nocturnos.También han llegado grabaciones en vivo de Sonatas de Scarlatti y piezas de Alkan (había grabado completa su Sinfonía para piano, pero las matrices nunca editadas fueron destruidas).Grabó, cerca de los 80 años y con sus dotes intactas, la edición Busoni del Primer Vals Mefisto, la misma que tocara HOROWITZ al final de su carrera. Creo que ambos, PETRI y HOROWITZ optaron a la vejez por esa edición porque ya no tenían el mismo pulso de los años jóvenes para resolver los saltos y las octavas del final. Además, hay constancias de que PETRI tocaba el original Mefisto Nro.1 en su juventud.En el Carnaval y las Piezas de Fantasía de Schumann, PETRI es reconcentrado, y posiblemente a sus bellas proporciones les falte la evasión que siempre lleva implícito el lenguaje schumanniano. Por decirlo brevemente, PETRI en Schumann tiene la arquitectura pero adolece de la fantasía (al igual que el maravilloso Schumann en estudio de ARRAU posterior a los años sesenta; ya que los Estudios Sinfónicos y el Carnavel que grabara en 78 vueltas son maravillosamente estilísticos y virtuosos).Fragmentos más breves de música de Medtner (Danza festiva, Cuentos) y unatranscripción de BUSONI de fragmentos del Concierto KV271 de Mozart también retratan a PETRI cabalmente.
EGON PETRI ha sido uno de los cíclopes del piano en nuestro tiempo.Ignoro cuántas eran las columnas de Hércules, pero estoy seguro que si el fuerte personaje fuese música, PETRI sería una de ellas. O que, al menos, dos de sus columnas pueden haber sido los brazos de PETRI. O diez de ellas, sus dedos.Por ser tan sobrio, tan directo y llano, por no ser amanerado, alguna sinuosa tendencia a lo distorsionado puede haberlo tildado de intelectual. Imaginar que PETRI no lo fuera, es un gazapo. Pero quitarle alma a su intelecto es otro aún mayor. Con esa carga, en un mundo
artificioso y en un ambiente (el musical) de laberintos, han debido bregar por sus himnos a lo simple, en alguno de los momentos de sus carreras, colosos como BACKHAUS, SOLOMON, SERKIN, WEISSENBERG o RICHTER.De todos ellos, en una o en muchas ocasiones, se ha dicho que ¡"eran fríos"!Tampoco puede pensarse, a causa de su inusual mecanismo, que PETRI haya sido un acróbata del teclado.De hecho, es sin duda el ejemplo más patente de gran pianismo puesto deliberadamente en el segundo plano, para poder servir a la música sin interferencias ni alardes.Para muchos críticos, que mucho critican y poco saben de qué hablan, tener inmensas dotes perfectas de ejecución significa "frialdad" o "intelectualismo", y carecer de esas dotes perfectas se enmascara con el vocablo "musicalidad".Así adjetivaron, en sus tiempos, en el primer grupo a SOLOMON, PETRI, SERKIN, BACKHAUS o RICHTER; y en el segundo, a CORTOT, EDWIN FISCHER o SCHNABEL.Como si fuese posible hacer música sin la máxima expresión del cuidado de los mecanismos y las técnicas.Para los tontos, que siguen existiendo, Kreisler era músico y Heifetz era frío; Toscanini es técnico y Furtwängler músico; Casals es músico y Piatigorsky es técnico. Con ladrillos tan disparatados se siguen construyendo los edificios críticos aún hoy.Simplemente, lea (si las digiere), las críticas musicales (que, por lo superficiales, suelen no exceder la condición de crónicas) de los diarios y verá la estatura (o la ausencia de ella) de quienes se supone que guían la opinión de Usted. ¡Dios le libre de ellos!Entre la ambición humana de poseer la belleza perfecta y el disgusto que da hallarla hay un trecho muy corto. Sobre todo, si la belleza perfecta la posee otro y no uno...Algunos llaman a este trecho ignorancia, otros envidia. Cualquiera que sea su interpretación de este fenómeno, recuerde que casi siempre que Usted encuentre un pianista perfecto le van a decir que es frío. Y cuando oiga uno imperfecto le van a decir que es músico.Si, en tiempos recientes, un crítico de Gramophone se permitió opinar que en las Variaciones Paganini, PETRI no llegaba al alma de Brahms! (??! )...
Fue un hombre sensible, un músico imaginativo, que dejó volar su espíritu, aunque siempre bajo el control de su inteligencia superior. Si tuvo dotes manuales relevantes fue por su talento natural, por su capacidad y por su incesante búsqueda de la perfección. Nunca creyó haber llegado a conocer una obra, tal como predicaba BUSONI a sus alumnos que hicieran.PETRI fue un esclavo de la música, porque su vestimenta interpretativa nunca cesó de estar al servicio de la integridad.Por eso, a pesar de los vanos, prefiero seguir pensando en PETRI como EL MUSICO HONESTO.Por eso, el tiempo de PETRI (que ya fue) volverá a ser...

Del libro Piano&Forte

1 comentario:

Anónimo dijo...

gracias por darnos la oportunidad de conocer a grandes pianistas olvidados. Un saludo y Feliz Navidad para todos. Jose Luis