Lástima que con 300 millones de dólares no se pudo comprar una latita de Brasso, con la cual se hubiera podido pulir y lustrar la chorreada y mugrosa plaqueta en honor de Arturo Toscanini, el más insigne director que pisó el Teatro Colón. Es cierto, todavía están trabajando. Esperemos que el bronce que señala la calle homónima reciba pronto la atención que merece. ¿Me entendió, García Caffi?
Claudio von Foerster
1 comentario:
Así es, es muy triste ver tan mugrienta la placa del pasaje Arturo Toscanini. Y la suciedad es más notoria ya que las paredes exteriores están recién pintadas. Mira, Puckito, si yo tuviera unas cuantas décadas menos de edad ya hubiera ido con mi escalerita portátil y mi latita de Brasso a limpiar y sacar brillo a la plaqueta homenaje al Gran Maestro.
Yo también espero que en pocos días la plaqueta luzca como corresponde. Venecia
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