LOS DIRECTORES
Continuamos con la serie en la que estamos presentando más de 120 biografías escuetas de directores famosos. Las conceptualizaciones serán mínimas; y las recomendaciones discográficas puramente a criterio de nuestra redacción y haciendo abstracción de la posibilidad de mencionar grabaciones adicionales. Por esta causa, sugerimos investigar cuidadosamente las discografías de cada director para descubrir otros registros.
LOUIS FOURESTIER (1892-1976) nació en Francia y fue alumno de Vincent d’Indy y Dukas. Comenzó teniendo numerosos premios por sus composiciones. Debutó como director en 1918 en ciudades francesas de segundo orden, hasta recalar en 1927 en la Opera Cómica de Paris, por cinco años. En 1938 lo nombraron titular de la Opera de Paris y entre 1945 y 1963 enseñó en el conservatorio de esa ciudad.
Entre 1946 y 1948 fue invitado al Met, ocupándose en su carrera con preferencia del repertorio galo.
Discografía sugerida: Sinfonía fantástica de Berlioz; El mar y Nocturnos de Debussy.
JEAN FOURNET (1913-¿?) nació en Francia y estudió con Gaubert, iniciándose como flautista.
Comenzó muy joven su actividad como director en la O.R.F. y en la Opera de Paris. Tuvo contratos prolongados también en la Opera Cómica y en la Orquesta Pasdeloup. Tuvo muy intensa y extensa actividad en Holanda, con vínculos muy cálidos con el público.Concertgebouw, Radio Nederland y Filarmónica de Rótterdam. Dirigió en Francia varias orquestas regionales y viajó con su batuta por todo el mundo, destacando Chicago, Buenos Aires, Japón (estrenó Pelleas allí), Canadá e Israel.
En Paris y Hilversum enseñó por muchos años.
Discografía sugerida: es inmensa y calificada. Sugiero explorar sus placas en vivo para Radio Nederland y los poemas tonales de Franck, Debussy y Ravel. Todos sus discos lo muestran también como acompañante distinguido.
MASSIMO FRECCIA (1906-2006), amigo íntimo de Toscanini y muy respetado por el Maestro, nació en Florencia y estudió en Viena con Franz Schalk. Batuta luminosa, técnica irreprochable y versátil y profunda musicalidad fueron sus virtudes más salientes. Debutó en Roma a los 22, continuando sus visitas a las principales orquestas italianas. De 1933 a 1935 condujo en Budapest, del 38 al 40 en New York y, por invitación de Toscanini, la NBC de 1947 a 1954.
Previamente, durante cuatro años, dirigió en La Habana. De 1944 a 1952 trabajó en New Orleáns y entre 1952 y 1959 en Baltimore. Volvió a Europa para visitar los festivales más importantes y los podios de las mejores orquestas.
Grabó algunas placas públicas y muchísimas de circulación limitada para el Reader’s Digest que, afortunadamente, se han reeditado en cd, aunque aún en escasa cantidad. En todos los casos, se trata de versiones irreprochables.
Discografía sugerida: Pinos y Fuentes, de Respighi; 4ª Sinfonía de Tschaikowsky; 4ª de Mendelssohn. Todo con singular dignidad y estilo.
PEDRO FREITAS BRANCO (1896-1963), nació y estudió en Portugal, fundando una compañía de ópera en 1926. En 1928 debutó como director, inclinándose a las obras de sus contemporáneos Strawinsky, Ravel, Strauss y otros. En 1932, el propio Ravel lo invitó a dirigir un festival con su música y tuvo gran éxito.
Durante la 2ª Guerra se estableció y trabajó en Inglaterra. Su registro completo de Iberia en la orquestación de Fernández Arbos debe haber sido el primero en la historia.
Discografía sugerida: Danzas fantásticas de Turina; La valse de Ravel.
LOUIS FREMAUX (1921-¿?) fue guerrero antes que director. Nacido en Francia, fue internado en un campo de trabajo nazi en 1940 del cual escapó para militar en la resistencia. Al terminar la contienda fue con la Legión a Vietnam de donde volvió condecorado. En 1947 ingresó en el Conservatorio de Paris, donde estudió con Fourestier, debutando en 1952. A partir de 1956 asumió la dirección permanente en la Opera de Monte Carlo, e hizo giras por Europa, América del Sud y Japón. En 1969 fue designado titular en Birmingham con la orquesta que dirigió localmente y en giras. También dirigió como titular la Sinfónica de Sydney.
Discografía sugerida: Réquiem de Fauré y Gran Misa de Difuntos de Berlioz.
FERENC FRICSAY (1914-1963) ha sido, posiblemente, el máximo director húngaro del siglo en que se desenvolvió y una de las batutas elegidas en el podio de los colosos, a pesar de su corta vida. Su padre era militar y director de bandas, de modo que se crió en y con la música.
Estudió con Kodaly y Bartok y dirigió su primer concierto a los quince. Ya de niño era capaz de tocar cualquier instrumento de la orquesta salvo el arpa. Dirigió en Szeged de 1935 a 1945. Ese año condujo por vez primera en la Budapest liberada del Eje y atada ahora al yugo de Moscú. Resolvió emigrar a Alemania donde, en 1949, fue nombrado titular de la Opera de Berlin y de la Orquesta RIAS (transladándola al sector libre) a la que elevó a niveles insospechados como prueban sus muchas grabaciones. Debutó por azar en Salzburg (Dantons Tod, de von Einem) reemplazando al enfermo Klemperer y entre 1949-1952 dirigió la Opera de Munich, la que abandonó por disidencias con la administración. Viajó y dirigió en toda Europa, los Estados Unidos y Sudamérica (también llegó a Buenos Aires). Se estableció en Berlín donde murió de cáncer a los 49 años. Su gran amor era Mozart, de quien fue intérprete excelso, pero su repertorio abarcaba con idéntica probidad desde Haydn hasta los modernos. Nadie ha podido acercarse a sus traducciones de las obras de sus dos maestros. En la ópera era gran autoridad y dirigió el Don Giovanni para reinaugurar la Opera de Berlín. Tenía planes que las sucesivas operaciones y su trágica muerte le impidieron llevar a cabo, como el dirigir las sinfonías de Mahler. Pocos tienen su clase en los músicos ligeros vieneses. Fue el precursor de los conciertos televisados, no por ser el primero en hacerlos sino por abogar por ellos así como por los ensayos filmados. Verlo hoy en esa tarea íntima de preparación constituye una de las grandes experiencias de la música de nuestro tiempo: por su detallismo, por sus imágenes, por su técnica, por sus logros.
Su discografía, in totum, es milagrosa.
OSCAR FRIED (1871-1941) nació en Alemania y estudió con Humperdinck y Scharwenka. Debutó como director siendo ya un reconocido compositor en 1905. Sus primeros trabajos fueron dirigiendo la Orquesta de la Sociedad de Amigos de la Música de Berlin y la Orquesta Blüthner. Se dedicó en aquellos días solamente a compositores modernos. Fundó la Sinfónica de Berlín, con la que hizo giras por Europa y América. En 1934 emigró por el nazismo y, comunista convencido, fue a la Unión Soviética a dirigir, recibiendo ciudadanía en 1940.
Fue amigo y confidente de Mahler, cuyas obras dirigió asistido por Klemperer.
El mismo Klemperer tocó la celesta en la 6ª de ese compositor dirigida por Fried.
Fue el primer director en ser filmado en una sinfonía completa, la Fantástica, hacia 1912. a pesar de su gestualidad exacerbada, dirigía muy bien. Su 2ª de Mahler, ungida por el autor, al menos en discos, es caprichosa pero bellísima.
Discografía sugerida: Los preludios de Liszt; 9ª de Beethoven.
LOUIS DE FROMENT (1921-1994), quien a pesar de no ser demasiado recordado hoy es una de las batutas con mayor número de grabaciones (lo que viene a desmentir la perpetuidad que “garantiza” el disco), nació en Francia y estudió con Bigot, Cluytens y Fourestier.
Fundó su propia orquesta de cámara con Rampal y juntos viajaron por toda Europa. Tuvo cargos importantes en la Opera de Vichy y en Niza. En 1958 fue nombrado director permanente de la Orquesta de Radio Luxemburgo con la que cimentó su fama. Se presentó en giras europeas y americanas.
Discografía sugerida: obras orquestales completas de Debussy.
RAFAEL FRÜHBECK (1933-¿?) se agregó de Burgos a su apellido para honrar a su ciudad natal. Su madre hispana, su padre alemán consolidaron su temprana formación musical. Desde muy joven actuó como solista de violín y condujo orquestas juveniles. Cimentó sus estudios en Madrid y Bilbao. Dirigió bandas militares de 1953 al 56 estando en el ejército. De 1956 a 1958 fue a perfeccionarse a Munich y entre 1959 y 1962 dirigió la Sinfónica de Bilbao. En 1962 sucedió a Argenta en Madrid y viajó por el mundo.
Dirigió cinco años en Dusseldorf y tres en Montreal. Estrenó la Pasión según San Mateo en España, cultivó un repertorio amplio y tuvo como su ideal a Knappertsbusch.
Discografía sugerida: música hispana; Réquiem de Mozart; 3ª de Schumann
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