jueves, abril 09, 2009

Los Directores XIII



Los Directores
Continuamos con la serie en la que estamos presentando más de 120 biografías escuetas de directores famosos. Las conceptualizaciones serán mínimas; y las recomendaciones discográficas puramente a criterio de nuestra redacción y haciendo abstracción de la posibilidad de mencionar grabaciones adicionales. Por esta causa, sugerimos investigar cuidadosamente las discografías de cada director para descubrir otros registros.


WILHELM FURTWÄNGLER (1886-1954) es muy difícilmente condensable en un espacio breve como éste. Sin dudas, el director alemán por antonomasia del siglo XX, colosal, mítico, venerado...y discutido.
Tuvo escolaridad privada en Munich, habiendo nacido berlinés e hijo de un reconocido arquéologo. Su guía fue Felix Mottl, y debutó en Kaim en 1906 dirigiendo una sinfonía propia y la 9ª de Bruckner. De 1911 a 1915 sucedió a Abendroth en Lübeck, entre el 15 y el 19 a Bodanzky en Mannheim y a Mengelberg en conciertos vieneses de 1919 a 1921. Tras haber desfilado por otras orquestas recaló, a instancias de Nikisch, con la Filarmónica de Berlín y el Gewandhaus. Hizo giras por todo el mundo llevando su fama a cuestas.
Rechazó la sucesión de Toscanini en la Filarmónica de New York, sucediendo a Weingartner en la Filarmónica de Viena en 1928. Nunca abandonó su real pasión, componer. Y escribió elevados libros, además.
Con el advenimiento del nazismo comenzaron sus choques. Permaneció en Alemania renunciando a todos sus cargos académicos y dirigiendo la Filarmónica de Berlín. Se esforzó en reivindicar a Hindemith, no acató la prohibición que pesaba sobre compositores judíos y salvó a muchos músicos perseguidos y a sus familias. A tal punto fue tormentosa su relación con el régimen que el mismísimo Albert Speer le aconsejó escapar a Suiza porque la GESTAPO lo iba a arrestar a él y a su familia. Esto le salvó la vida. Luego, los imbéciles uniformados (y desinformados) sostuvieron la necesidad de prohibirle trabajar, investigarlo y desnazificar a quien nunca había sido un nazi. Simplemente por haber agradecido un aplauso estrechando la mano de Goebbels , quien se aproximó al proscenio a saludarlo; simplemente por haber sido el director favorito de Hitler. No les importó que luchar contra una dictadura desde dentro fuera una tarea difícil, ni les importó humillar a un inocente. Pareció ser el derecho de los vencedores. En fin, que hoy se sabe quién fue Furtwängler y no los ignotos nombres de los vencedores humilladores...
Al director, muchas veces, se lo ha conocido poco. Y con lugares comunes. Como hablar de sus tiempos lentos ignorando que en muchos pasajes dirigía más rápido que sus colegas (su Parsifal es el más rápido de la historia, el de Toscanini el más lento, por ejemplo). Nadie precipita el tempo en las páginas finales de la 9ª de Beethoven como Furtwängler. Hasta se hizo un exquisito filme subtitulado “romántico en la pasión” en el que su propia esposa niega que haya sido un romántico...
Su discografía es inmensa, con muchos materiales en vivo, como por ejemplo, siete Novenas de Beethoven diferentes. Y con tantos huecos como tuviera su repertorio, v.gr., la Missa solemnis o La consagración de la casa. En cambio existen dos Tetralogías diferentes que reemplazan la que no pudo grabar en estudio a causa de su muerte(dejó solo Walkyria). Todo su legado requiere una revisión crítica y brindará gran placer, aunque no esté exento de yerros o personalismos y subjetividades, pero permitiendo gozar su sonido legendario y su nobleza interpretativa.
Furtwängler fue en sí mismo el principio y el fin de una manera de dirigir, el alfa y omega de los intérpretes recreadores de la dirección orquestal.

ALCEO GALLIERA (1910-1996) nació en Milán, estudiando –y posteriormente enseñando- en su conservatorio. Debutó en Roma en 1941 y llamó la atención, siendo invitado a partir de 1945 a presentarse en el resto de Europa, las Américas y Oceanía. Si bien hizo pie brevemente en su patria, el destino lo convirtió en una itinerante figura internacional. La mayor parte de su discografía la materializó en Londres. Fue un gran acompañante de solistas de fuste y, dentro de su limitado repertorio, hizo grabaciones de valor.
Discografía sugerida: acompañamientos a Schnabel, Lipatti, Michelangeli, Rubinstein, Anda, Arrau et al; Oberturas de Rossini; Orfeo de Monteverdi; Rigoletto de Verdi.

PIERO GAMBA (1936-¿?) nacido en Roma, fue niño prodigio que empuñó la batuta a los ocho años. A los 15 había terminado su perfeccionamiento y desde ese momento dirigió decenas de orquestas diferentes con centenares de obras que componen su extenso repertorio.
A menudo ha dirigido desde el piano. Para muchos, aún sigue siendo Pierino...
Discografía sugerida: acompañamientos a Katchen en el integral Beethoven; Romeo y Julieta de Tschaikowsky; Oberturas de Rossini.

JOHN ELIOT GARDINER (1943) ha alcanzado altura prominente como director y nació en Inglaterra. Estudió con Nadia Boulanger y con Dart. En realidad y a partir de Monteverdi, comenzó especializándose en el prebarroco, ampliando con el correr del tiempo su repertorio al barroco, clasicismo y al siglo XX.
Es uno de los pocos, acaso junto a Goodman, en destilar musicalidad trascendente cuando dirige orquestas que emplean instrumentos originales, evitando las exageraciones a las que tan afectos son sus colegas.
Discografía sugerida: integral de Sinfonías de Beethoven.

ALEXANDER GAUK (1893-1963) nació en Odessa y se graduó en 1917 como alumno de Tcherepnin y Glazounov. De 1920 a 1927 condujo en la Opera de Leningrado, estudiando de 1927 a 1934 con Mrawinsky y Melik-Pashayev.
Dirigió todas las orquestas importantes de la Unión Soviética y destacó por su eclecticismo y seguridad.
Discografía sugerida: acompañamientos a Oistrakh, Gilels, Richter et al; 3ª sinfonía de Rimsky Korsakov; sinfonías diversas de Shostakowitsch y Miaskowsky.

GIANANDREA GAVAZZENI (1909-1996) nació en Italia, estudió en Roma y finalmente se graduó como pianista en Milan. Habiendo estudiado con Ildebrando Pizzetti fue primero conocido como compositor. Comenzó dirigiendo sus propias obras y luego trascendió en el repertorio lírico de otros compositores. Llegó a ser director artístico de La Scala.
Discografía sugerida: La Gioconda de Ponchielli; Madame Butterfly de Puccini.

ALEXANDER GIBSON (1926-1995), escocés, inició estudios de piano en Glasgow llegando en 1949 a Londres para completar su formación. Estudió dirección con Markewitch en Salzburg y con van Kempen en Siena. Comenzó trabajando en Sadler’s Wells y de 1952 a 1954 dirigió la Orquesta BBC escocesa. Debutó en 1956 en el Covent Garden. En 1959, tras un nuevo paso por Sadler’s Wells fue como batuta permanente a la Sinfónica Nacional Escocesa. En 1962 fundó la Opera Escocesa donde, entre otros méritos, tiene el de haber presentado la Tetralogía por vez primera en Escocia. Su influencia en el devenir musical de su país ha sido de gran significación. Hizo giras dirigiendo las mejores orquestas de Europa, Estados Unidos y Australia.
Discografía sugerida: 5ª Sinfonía de Sibelius; Belzhassar’s Feast de Walton; música de compositores británicos.

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