domingo, diciembre 09, 2007

Confieso mi ignorancia y mi confusión

Hay ocasiones en que me gustaría modificar ese dictum."Solo sé que poco sé" por un simple y llano "Solo sé que no sé nada". Desde pequeño me enseñaron que cantidad no es calidad; que cultura es simplemente eso, no con subdivisiones como cultura popular, cultura elitista y demás; también me predicaron que escuchara sin prejuicios; que no juzgara soliviantadamente. Y finalmente, aunque fuera la primera enseñanza recibida, que no mintiera.
Por ello justifico el título de esta nota. Porque estoy perplejo. Seguramente, de haber concurrido al megaconcierto de Amadeus no habría aplaudido, aunque miles de personas lo hicieran. Seguramente, habría colegido que tanta audiencia (cuantitativamente) no denunciaba expectación por el evento sino la aprobación cualitativa de lo que se ofrecería. Y allí se gesta mi perplejidad.
Que el locutor de turno llame a Wagner "tocayo" de Strauss, simplemente por tener el mismo nombre de pila, no debiera extrañarme. ¿Acaso no le escuché una vez por radio en otro de sus múltiples gazapos?: en vez de anunciar un Preludio Op.28 de Chopin por su número y en versión de Martha Argerich puso voz de bolero, afectó como es usual su engolada pronunciación para decir "hemos escuchado 'Una gota de agua' de Chopin..., los dedos de Martita Argerich"(¿¿??!!!). Estos dislates son corrientes en la emisora que emite música sin ruidos de grabación.
Que se hayan interpretado demagógicamente unas pocas páginas de Zarathustra de Strauss, tampoco debiera sorprenderme: se toma esas decenas de compases como música de cine, por eso se mutila todo el poema sinfónico extractándolas.
Que el resto del repertorio fuera de fragmentos conocidos no lo censuraría. El lema actual parece ser "demos placer, no obliguemos a pensar".
Mi IGNORANCIA reside, entre otras muchas cosas, en saber cómo pudo elegirse a un pianista que presentó una variación ad libitum de la Rapsodia in blue de Gershwin como una lectura a primera vista. Y porqué, habiendo maestros tan capaces como Zemba, Castaña, Scarabino y varios más, se apeló a quien realizó su tarea en forma amateur..., que además dirige Radio Amadeus.
Buena la soprano, bueno el coro (aunque desbalanceado) y constantemente desafinada la orquesta bautizada como Sinfónica de Buenos Aires.
Mi CONFUSIÓN la establezco en una sola pregunta: ¿puede haberme causado tanto disgusto lo que a otros gustó, al parecer, tanto? Esta vez, utilizando palabras corrientes en música, aunque tengan doble acepción, sentí que no se tocó música, que no se hizo música, se la ejecutó...
Baltasar Rey

1 comentario:

Anónimo dijo...

Las reflexiones de BR nos abren los ojos una vez más para recordar que vivimos en estado de ensueño en un mundo impregnado por el barullo. Si queremos vivir la realidad objetivamente, "pensar" es el imperativo. De Séneca: "No nos propongamos otra cosa que decir lo que pensamos y pensar lo que decimos"