viernes, diciembre 05, 2008

Fino, capaz, versátil, olvidado....


ANDRÉ CLUYTENS (1905-1967) nació en Amberes y ha sido posiblemente el más importante director belga del siglo pasado. A los 16 era ya director asistente de su padre, titular del Teatro Real en su ciudad natal. Pasó a su vez a ser titular seis años después. En 1932 se mudó a Francia donde dirigió en los importantes centros musicales de la época y recibió (optó por) la ciudadanía francesa. En la posguerra tuvo tres nombramientos importantes: titular de la Opera, luego de la Opera Cómica y finalmente sucesor de Munch en la Orquesta del Conservatorio. Simultáneamente, en su país natal, dirigía la Orquesta Nacional Belga. Pasó luego a la Orquesta Nacional de Radio Francia y a dirigir la Sinfónica de Viena. Cuando la Filarmónica de Viena hizo su gira por EEUU en 1956, CLUYTENS compartió el podio con el insigne Carl Schuricht. En 1955 fue el primer director francés en dirigir en Bayreuth, sustituyendo al enfermo Jochum. Hasta 1958 condujo títulos wagnerianos en ese teatro (su registro en vivo de Meistersinger es memorable). Obviamente, frecuentó y condujo todo el repertorio francés, pero paradójicamente era reconocido muy en especial por su integral de sinfonías de Beethoven, que grabara con la Filarmónica de Berlín.

Su discografía extensa materializada en la Segunda Guerra Mundial se agigantó luego con el advenimiento del vinilo. Tiene dimensiones extraordinarias y calidad bastante pareja. Era una batuta directa, sin rodeos, cultivando las texturas y los colores como buen galo pero a la vez manteniendo una disciplina estilística habitualmente asociada a los germanos.
PUNTOS SALIENTES DE SU DISCOGRAFIA:Beethoven, las 9 sinfonias;
Ravel y Debussy, integral de obras orquestales;
Shostakowitsch, los 2 conciertos para piano (con el autor) y registros como acompañante, entre otros, de Gilels, Long, Solomon, Boukoff etc.

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