viernes, junio 13, 2008

El valor de la buena memoria


Concierto de Franz Paul Decker en el Teatro Coliseo
Orq. Filarmónica de Bs. As.
Programa: Bach(arr.Elgar) Fantasía y fuga BWV537; Hindemith, Matías el pintor; Ginastera, Obertura para el Fausto criollo; Gershwin, Concierto en Fa, Solista Horacio Lavandera, piano
12 de junio de 2008

Un influyente periodista fallecido recientemente, Bernardo Neustadt, acuñó cierta vez la frase “memoria es la capacidad de olvidar”. Sin analizarla psicoanalítica o semánticamente, prefiero pensar y decir que, al menos para quien escribe, memoria es la capacidad de recordar: lo bueno y lo malo, lo importante y lo superfluo, lo grato y lo ingrato. Aunque, luego, nuestros mecanismos de protección nos hagan olvidar selectivamente.

Sé que el tiempo nos corre rápido, pero, revisando mis apuntes, nunca supuse que habían ya transcurrido 45 años desde que Franz Paul Decker debutara en Buenos Aires. Asistimos a esa primera presentación y a casi todas las que siguieron. Desde su primer acorde, admiramos su arte, y fuimos familiarizándonos con su prolijidad, su versatilidad y su honradez. Hoy, a sus 85 años, nos parece sencillamente benemérito.

El haber escogido un arreglo de Elgar sobre Bach nos dio la luz sobre un trabajo muy diferente de transcripciones como las de Stokowski, más en la línea de lo hecho por Henry Wood. Feliz elección, pues, porque hasta puede haber sido un estreno local (no nos consta). Elgar orquesta al Cantor como si fuesen las Enigma. Evidentemente, no para puristas. La orquesta, en esta primera obra, pareció necesitar un tiempo de ajuste pero muy pronto la sabiduría de Decker llevó la nave a puerto seguro. Destacaron vientos muy capaces y afinados.

La sola ejecución de una de las obras más importantes de Hindemith presupone un reto, mas no para quien la conoce y domina como este director. Los claroscuros y las texturas de la ardua partitura emergieron prístinamente entre sus manos y los músicos respondieron cabalmente. El venerable director supo traducir lo programático del Matías.
El lenguaje convencional y temprano del Ginastera de esta Obertura pareció estar en el acervo personal de Decker, quien la tradujo con solvencia e idiomáticamente. Finalmente, Franz Paul Decker acompañó con soltura envidiable el Concierto de Gershwin. No sé cuándo volverá a visitarnos este noble artista con el encanto de su sabiduría. Ojalá la vida y las circunstancias permitan que sea pronto.
Claudio von Foerster

1 comentario:

Anónimo dijo...

La presentación de la Filarmónica de Buenos Aires bajo la dirección de Franz Paul Decker ha sido, un regalo para quienes lo admiramos. Por lo demás, crítica sorprendente..... y ¿el pianista?, el silencio vale más que 100 discursos. Mauricio