jueves, enero 15, 2009

Los Directores III

LOS DIRECTORESEsta nueva serie que presentamos ofrece más de 120 biografías escuetas de directores famosos.
Las conceptualizaciones serán mínimas; y las recomendaciones discográficas puramente a criterio de nuestra redacción y haciendo abstracción de la posibilidad de
mencionar grabaciones adicionales. Por esta causa, sugerimos investigar cuidadosamente las discografías de cada director para “descubrir” otros registros.



ERNEST ANSERMET (1883-1969): para muchos ha sido una eminencia, para otros un director soso; pero no puede negarse, sea lo uno o lo otro, que fue un trabajador incansable, un pionero y un gran técnico.
Nació en la Suiza francesa, la Suisse Romande con cuya orquesta homónima estuvo ligado por más de medio siglo. Estudió matemáticas en Lausana y en la Sorbona y música con Bloch. En realidad, no había decidido dirigir hasta que escuchó –y se fascinó- a von Weingartner, Nikisch y Mottl. Debutó en Montreux en 1910 y en 1915, por recomendación de Strawinsky, pasó a ser director de los ballets rusos Diaghilev. Permaneció en ese puesto hasta 1923. ¿Pionero?. Alcanzarían estas muestras: estrenos mundiales de La valse, El sombrero de tres picos y ballets de Strawinsky. Fundó en 1918 a su hija predilecta, la prestigiosa Orquesta de la Suisse Romande, indisolublemente asociada a la sola mención de Ansermet, la que dirigió hasta 1968 en que la cedió a Pavel Kletzki. La orquesta llegó a ser renombrada local e internacionalmente, por sus giras, por su repertorio vasto y su rara perfección. Inclusive funcionó esporádicamente en representaciones operísticas.
Por invitación de su amigo (y por Ansermet admirado) Toscanini, también llegó a ser huésped en la NBC.
Recién al final de su carrera se volcó a los clásicos y gustaba de los conciertos con conferencias previas, obviamente suyas. Su gran técnica le permitió abordar a los modernos (de su tiempo) con soltura. Detestaba el atonalismo. Comenzó a grabar en 1919 y lo hizo hasta poco antes de morir.
Discografía sugerida: Debussy, Ravel, Strawinsky; algunas de las Sinfonías de Beethoven y Haydn; cualquiera de sus discos como acompañante. Pero básicamente las grabaciones del repertorio moderno que tan bien le sentaba.


ATAULFO ARGENTA (1913-1958), el prematuramente fallecido intérprete,puede ser considerado el más grande director hispano del siglo XX. Santanderino de nacimiento, estudió piano y fue premiado por sus dotes. Si bien el haber ido a Alemania a enseñar y estudiar aparece como un premio, la verdadera recompensa fue haber estado fuera de su patria durante la guerra civil. En 1944 fue nombrado titular de la Orquesta de Cámara de Madrid y poco más tarde, de la Sinfónica Nacional de esa ciudad. Realizó muchas giras por Europa y Sudamérica, y estaba embarcado en densos proyectos de grabación cuando la muerte tronchó su vida y una promisoria carrera.
Tenía una gran técnica y sentido colorístico, pero estaba más a gusto en la música de sus compatriotas y en los románticos que en los clásicos.
Discografía sugerida: cualquiera de sus ejecuciones de música hispana; Sinfonía Fausto de Liszt; sus tareas como acompañante de Katchen(Liszt) y Campoli(Tschaikowsky) o de Soriano(Falla) y Yepes(Rodrigo); 4ª Sinfonía de Tschaikowsky. Lo preferimos en el repertorio español...


LOUIS AURIACOMBE (1917-¿?) está indisolublemente asociado a la Orquesta de Cámara de Toulouse, así como Marriner a St Martín in the Fields. Nació en un pueblo pirenaico, Pau, donde comenzó sus estudios. Los continuó en Toulouse, como pianista y cantante. Llegó a cantar La Bohême (Rodolfo) con Ninon Vallin en 1940. Fue cautivo de un campo de concentración hasta finales de la 2ª Guerra Mundial. Se estableció como violinista en la orquesta de Toulouse y abandonó su carrera de cantante para responder a la invitación de Markewitch de estudiar dirección orquestal en Salzburg. En 1953 fundó la Orquesta de Cámara de Toulouse. Viajó a Estados Unidos, Méjico, la Unión Soviética y otros lugares de Europa, dirigiendo en muchos festivales.
Discografía sugerida: el barroco alemán y francés; Las 4 Estaciones de Vivaldi; obras concertantes de Mozart.


GEORGE BARATI (1913-1996) nació en Hungría y estudió con Weiner y Kodaly. En realidad comenzó tarde su actividad como director, ya que entre 1935 y 1950 fue primero cellista en
Budapest, luego (habiendo emigrado a Estados Unidos) músico en la Sinfónica de San Francisco y liderando una banda militar, mientras estudiaba composición con Roger Sessions. Comenzó a dirigir regularmente tras abandonar el Cuarteto de Cuerdas de California, en 1947. Previamente dirigió la Orquesta de Cámara de Princeton y la Orquesta Barati de San Francisco. Posteriores contratos lo llevaron a Honolulu, Santa Cruz y Saratoga.
Discografía sugerida: destacan sus placas de música religiosa, en especial las Misas de Haydn y La pasión según San Lucas de Bach.


JOHN BARBIROLLI (1899-1970) ha sido, sin duda alguna, una de las prominentes batutas inglesas de todos los tiempos. De padres inmigrantes ítalo franceses, fue desde su nacimiento-por geografía y por personalidad- un auténtico londinense. Estudió académicamente y comenzó en la música como cellista en la Orquesta del Queen’s Hall que dirigía el legendario Henry Wood. Barbirolli ingresó en ese conjunto a los 16 años. Simultáneamente, desplegó profusa actividad como músico de cámara. Debutó dirigiendo recién en 1925 con su propia orquesta de cámara. En 1928 y años siguientes fue al Covent Garden a dirigir óperas de Wagner y del repertorio italiano. En ambos terrenos ganó posteriormente un singular prestigio. Cuando la BBC de Escocia le convocó en 1933 comenzó su verdadera carrera como director sinfónico. Además, adquirió un prestigio casi único como acompañante, lo que le llevó –algunos años más tarde- a tratar (infructuosamente) de escaparle a esos compromisos, por entender que lo limitaban ante el público. Hasta 1936 apareció con las orquestas inglesas más reconocidas de la capital y la del Festival de Leeds. Ese año fue, por vez primera, invitado de la Sinfo-filarmónica de New York que luego condujera decenas de veces. Inclusive parece haber sido recomendado por Toscanini como su sucesor. El contraste obvio entre los estilos de ambos aterró a los críticos pero la taquilla aumentó. Obviamente, Toscanini era incomparable...
Resulta casi épico el comienzo, en plena guerra, de la relación entre Barbirolli y la Orquesta Hallé de Manchester. El conjunto había quedado diezmado tras haber gozado de un gran prestigio en tiempos de Richter y Harty. Barbirolli encaró tenazmente su resurrección y llegó a ponerla en pináculos de privilegio hasta 1958, en que dejara de ser su titular—aunque continuó dirigiéndola localmente y en giras hasta fallecer. Rechazó dos ofertas de ser titular en la BBC de Londres por permanecer fiel a Manchester. Volvió en 1951 al Covent Garden: lo ovacionaron por sus interpretaciones. De 1961 a 1964 aceptó el reto de ser titular de la Sinfónica de Houston, sucediendo a Stokowski. Condujo las principales orquestas europeas en la postguerra, especialmente la Philharmonia y las Filarmónicas de Viena y Berlín. Se lo recuerda aún en el primer Festival de Salzburg tras el conflicto.
Puede haber sido el director con la más dilatada carrera discográfica (1911-1970) y esos testimonios, por lo general, son imperdibles. Por esa razón me abstendré de recomendar cualquier disco suyo, ya que todos son terreno fascinante para gozar y explorar. Desde sus legendarias colaboraciones con Schnabel, Kreisler y Heifetz hasta el terreno sinfónico especialmente (grabó pocas óperas, pero sobresale una obra lírica que estrenara en Italia, el Gerontius de Elgar). Beethoven, Brahms, Tschaikowsky, Berlioz, Mahler o Bruckner destacan junto a las obras de compositores ingleses.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola,

no sin poca relación con el artículo, me gustaría debatir brevemente algo sobre los nuevos directores que copan algunas de las buenas orquestas mundiales.

Me gustaría conocer su opinión de jóvenes como Daniel Harding o Gustavo Dudamel, a los que el marketing discográfico los ha encumbrado a dirigir grandes grupos, o no tan noveles, como Simon Rattle,que ha recaído en director de la gran BPO.

Y es que he podido presenciar un concierto de Daniel Harding que venía a confirmar mi mala opinión de la buena popularidad inmerecida de ciertos directores que, en otras circunstancias, sólo habrían dirigido a lo largo de su vida mediocres orquestas de provincias.

Es gente que se labró su futuro de oscuras formas (por ejemplo, el Sr.Harding entró en contacto con Rattle pidiéndole ser su utillero, o algo semejante) y ahora disfruta dirigir las grandes orquestas que también dirige su mentor.

Son directores que no hacen un mal trabajo, pero cualquier cosa de su labor no pasa de frívola y superficial, incidiendo siempre en llenar la partitura original en pequeños detalles disconexos, incoherentes (eso sí, originales), a modo de adorno manierista, y sin ofrecer nunca versiones aceptables de cualquier obra sinfónica.

Creo que es gente sin criterio musical, o más bien sin cultura musical suficiente, demasiado eclécticos por falta de ideas (no en el buen sentido de la palabra), muy poco visionarios, en definitiva, que se colocan en el púlpito a dirigir, haciendo gesticulaciones descabelladas, dando a entender que entienden la emoción del momento, al igual que el público, pero nada más.

No hay punto de comparación con los grandes maestros, no necesariamente antiguos, sobretodo en el aspecto de que saben dirigir a un autor al estilo de ese autor como lo dicta la tradición musical, y no saben realmente discernir entre músicos y música de calidad y efectismo musical.
Creo que es parte de la cultura heredada de norteamérica, adoptada ahora en las históricas orquestas europeas, de adoptar posturas despersonalizadas y estandarizadas en las interpretaciones orquestales.

La Danse de Puck dijo...

Gracias por comunicarse, estamos de acuerdo con usted: los que se nombran, excepto Rattle, no son directores, son "batuteros".

Anónimo dijo...

Me gusta la primer fotito! la de la partitura y la batuta, Es curioso ver un director que dirija la Sonata para piano op.10 no1 de Beethoven (la 5ta de la serie) jaja . Felicitaciones por el Blog , lo leo siempre y agradesco que lo actualice seguidamente!

La Danse de Puck dijo...

Es cierto, la hemos tocado así que no fue un desliz. ¿Desea que la cambiemos? ¡Con gusto!