La foto muestra en 1931 alrededor de una mesa en los jardines de la casa de Wagner en Bayreuth a los dos colosos de la batuta Wilhelm Furtwängler y Arturo Toscanini sentados junto a la hija del compositor (parados, dos personajes no identificados).
Ese año Toscanini debutó en Bayreuth (ad honorem) siendo el primer director extranjero en conducir en dicho teatro wagneriano, lo que desató no pocas polémicas previas así como elogios posteriores.
Por entonces, las relaciones entre ambos directores eran de mutuo respeto. Toscanini, por ejemplo, admiraba la grabación de Furtwängler de la Sinfonía Patética de Tchaikowsky y recomendó en 1935 que su colega alemán fuese nombrado su sucesor al frente de la Filarmónica de New York.
Las posiciones de ambos durante la 2da. Guerra Mundial enfrió tan cordiales relaciones.
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