ANNA ANTONIADES. Relativamente, la falta de datos sobre esta colosal pianista puede deberse al hecho de que haya cambiado su nombre profesional por el de ANNA XYDIS, tras esa mítica grabación de las Variaciones Paganini/Brahms. En ese orden de ideas, la ayuda que nos brindara el Dr. Ernst Lumpe, conocido musicólogo de Alemania, ha sido fundamental para poder redondear para Usted un cuadro de la Antoniades-Xydis. Nació en Krasnodar (Rusia Septentrional) en 1916 y obtuvo un premio compartido con Bachauer en el Concurso de Viena de 1930. A los 12 años ganó el Concurso en Atenas, y allí debutó dirigida por Mitropoulos. La becaron para ir a Alemania y fue a estudiar allí, bajo la tutela de Edwin Fischer en el Conservatorio Stern, y con Leonid Kreutzer.
En 1940 emigró a los EE.UU. donde residió desde entonces. Su carrera de conciertos, aunque aparentemente alejada de los estudios de grabación (lamentablemente, porque ello es lo que le habría garantizado supervivencia a su arte singular), siguió con éxito. Se destacó interpretando las más difíciles ofbras de Chopin, Liszt, Brahms, Debussy y Prokofiev.
Con Karl Böhm y la Filmarmónica de Berlín, tocó ya en 1938 y 1939 el Tercer Concierto de Beethoven y la Burlesk de Richard Strauss. Su debut en el Carnegie Hall (2da. Sonata de Chopin, Carnaval de Schumann, entre otras obras) fue el 3 de marzo de 1942.
Tocó en vivo hasta, por lo menos, 1974, con lo cual la esperanza de poder escuchar grabaciones suyas en vivo se acrecienta. Un día redescubrirán este portento de pianista, y hasta quizás nos permitan escuchar sus viejos discos con obras de Chopin, Schumann, Prokofiev y Moussorsky. Además, el hecho de haber realizado numerosas giras por Alemania, que incluyeron muchos conciertos radiales, acaso permitan que aparezcan cosas suyas, de la misma manera que Music & Arts ha desempolvado los archivos de la RRG (Sistema Radial de Alemania -de la época del Tercer Reich-)
BLANCHE SELVA (1884-1942) fue una instrumentista prodigiosa, que ya a los 20 (en los lejanos días de ¡1904!) tocó la obra completa de Bach en 17 recitales. Arrau lo hizo en los años 30 en menor cantidad de recitales, y Walter Gieseking lo tocaba con absoluta fluidez y asiduidad.
Tenía SELVA un color muy especial, con un legato que "más que consecuencia digital, era una propuesta tímbrica”.
Fue amiga personal de Albéniz, y en presencia del autor estrenó muchos números de la ardua Iberia. Enseñó en Estrasburgo, Praga y Barcelona y escribió una biografía de su amigo Severac y Cortot la consideraba la mejor intérprete de la Sonata de Paul Dukas.
Tuvo gran influencia en los instrumentistas franceses de su tiempo.
Entre sus escasos discos se halla una indescriptible versión de la Primera Partita de Bach (a la altura de Renard) y el Preludio-Coral y Fuga de Franck, que vierte con penetrante comprensión.
MADELEINE DE VALMALÈTE (1889-1999) estudió con Philipp y sus capacidades instrumentales, por lo que muestra en sus discos, tienen poco que envidiarle a Joyce, Argerich o Farnadi.
Destacada intérprete de la música de Ravel, su versión de 1928 en discos de
La tumba de Couperin creemos que no ha sido mejor tocada. Entre sus alumnas, se cuentan Jeanne Marie Darré (cuyos discos de juventud son atléticos y los de vejez algo menos impetuosos, pero hermosos), y también Monique de la Bruchollerie (pianista interesante).
Saint-Saëns la escuchó cuando era adolescente y la convirtió eninterpretaciones de Chopin, Schumann y Liszt.
Cuando Usted oiga su traducción de la Rapsodia Húngara Nro.11 de Liszt constatará las inmensas capacidades de esta, hoy olvidada, pianista.
Valmalète, luego de un recital ofrecido en Paris a los 85 años.
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