viernes, abril 25, 2008

Grandes Damas del Piano I . 1

Aquí comenzamos una serie que esperamos sea fascinante. Sin que el asunto transite por cuestiones de género, evocaremos las historias de muchas mujeres que se destacaron como pianistas en el siglo pasado. Todas diferentes, cada una de ellas con sus atractivos irán desfilando por estas líneas intérpretes muy conocidas y otras hoy completamente olvidadas. Confiamos en que nuestros lectores sentirán el deseo de ir a los archivos y escucharlas atentamente. Se verán recompensados.


Personalidad atrapante

IVONNE LEFEBURE (1900-1986) fue una pianista francesa de fuerte personalidad y gran musicalidad. Estudió con Alfred Cortot, viajó mucho por Europa y América, y fue, además, profesora, conferenciante y otras actividades conexas. Entre sus alumnas se cuentan Imogen Cooper, Janina Fialkowska, Evelyn Crochet y otros. Estuvo estrechamente vinculada (al igual que su maestro) al École Normal de París. Este es el caso típico de una instrumentista gala que no responde, mayormente, a las reconocidas características de los pianistas franceses. Ejecutaba un Beethoven profundo, de mucho carácter y sentido de unidad en el fraseo (sus registros de las tres últimas Sonatas son de fuerte expresión y gran profundidad; ¡y sus Diabelli, de antología!); descollaba en el barroco alemán (Bach en original y transcripciones lisztianas) y dominaba el repertorio de los impresionistas acabadamente. Fue pionera en muchas de las obras que incluyó en su repertorio, del cual entresacamos como versión definitiva de una obra su ejecución en discos del Preludio – Interludio y Final sobre tema de Rameau, de Dukas, de exigentes demandas técnicas y musicales que ella parece dominar sin problema alguno. Solamente podía tener una mala tarde, como cuando ejecutó con Furtwängler en Lugano el Concierto KV. 466 de Mozart, en forma amanerada y alejada del estilo. Lefébure merece continuidad en los catálogos e investigación por parte de los aficionados y especialistas. ¡Trate, por ejemplo, de obtener su magistral charla televisada con Gavoty sobre la Sonata Op. 110 de Beethoven! [N.de la Redacción: Existe el DVD {foto a la izquierda} que contiene partes de esta clase, pero no está su totalidad]

Desde la lejana Rusia

MARIA GRINBERG (1908-1978) nació en Odessa y murió en Tallin. Estudió con Aysberg, alumno de Leschetitzki y luego en el Conservatorio de su ciudad natal (1923). En 1920 había debutado con los Concierto KV.466 de Mozart y el de Grieg. Era afecta a las improvisaciones y también a los estudios de ballet. Estudió con Blumenfeld (maestro de Kitain, Horowitz y Barere) y con Igumnov, posteriormente. Hasta 1968 solamente viajó por los países comunistas, donde adquirió una gran fama, presentándose posteriormente en Holanda para ciclos Beethoven (autor en el que se la consideraba traductora enjundiosa). Su repertorio era considerable. Frecuentaba los clavecinistas como Seixas, Soler y Scarlatti, además de Bach con gran fluidez; a Mozart con relieve y profundidad; a Schumann con varoniles perfiles “a la Richter” y a Brahms con un sentido “teatral” que le hacía enfatizar sin ser afectada. De Rusia han salido algunos de sus mejores registros, que recomendamos siempre con el afán de reencontrarnos con la tradición perdida.

YELENA BEKMAN SHCHERBINA (1882-1951) nació en la Rusia zarista y falleció en la Unión Soviética comunista.... y Dios sabe que el cambio la afectó. En realidad se apellidaba Kamentseva pero adoptó el nombre de su familia posterior, la que la tomó bajo su tutela al fallecer su madre biológica. Estudió con Zverev (maestro de Skriabin y Rachmaninov) y luego con el célebre Paul Pabst, (¡alumno de Czerny y maestro de Goldenweiser!). Entrelazó así a los grandes tutores del siglo 19 con el pianismo del siglo siguiente. Para su examen final en el Conservatorio de Moscú presentó nada menos que el integral del Clave Bien Temperado. Conoció a Skriabin y estrenó muchas de sus obras. Ella le hizo conocer el público ruso muchas de las obras de Debussy (a quien conoció), Roger Ducasse, Ravel, Albéniz y Sibelius. Desde los 12 años (!) enseñó y hasta fundó su propio conservatorio. Gran actividad como pianista de cámara (estrenó en Rusia el Trío de Ravel) y grabó no menos de 700 obras solamente para transmisiones radiales. De sus ejecuciones vigorosas límpidas y sobrias, recomendamos las del repertorio ruso, en el cual fue descollante. [N.de la Redacción: recomendamos la serie editada por Melodiya titulada "Russian Piano School". Excelente compendio de varios discos CD con los más sobresalientes ejemplos de dicha escuela.]

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